Pensiones: la imagen de las 100 balanzas
Mi última entrada versó sobre el asunto de las pensiones. En esta quiero volver sobre el asunto de otra manera por dos motivos. El primero, porque pensé que hacía falta buscar una imagen mucho más gráfica para representar las ideas que allí se contenían; el segundo y más fundamental, porque creo haberla encontrado.
Al hablar de pensiones, la imagen primera que se nos representa es la de una balanza. El que la palabra equilibrio y sus derivadas estén siempre presentes en las discusiones al respecto es buena prueba de ello.
Sin embargo, la imagen (o mito, pensando en aquella otra imagen de Platón, la de la caverna) es oscura, confusa y sugiere soluciones engañosas. La imagen de la balanza, donde en un platillo se colocan los ingresos y en la otra los gastos sugiere soluciones tales como aumentar aquello que se coloca en la primera. Así se publican ocurrencias tales como la de aumentar el número de inmigrantes con la esperanza de que paguen nuestras pensiones.
Sin embargo, la imagen de las cien balanzas exige respuestas más matizadas. Las cien balanzas representan los siguientes cien años y el juego de solucionar el problema de las pensiones consiste en mantener todas y cada una de ellas en equilibrio. En particular, añadir contribuyentes en el primer platillo hoy significa que se incrementará el peso del segundo en las balanzas de la treinta a la cincuenta. Equilibrar esa balanza hoy implica un desequilibrio aún mayor más tarde.
Con cien balanzas, queda claro que la aportación de cada contribuyente medio —no ha lugar explicar lo que sucede con cada contribuyente individual entre gente sensata— tiene que ser neutra en cada una de las siguientes cien balanzas.
Lo que conduce gráficamente a la misma conclusión que se trató en la última entrada: encontrar una manera de que la contribución esperada de cada cotizante sea intertemporalmente neutra.