Un non sequitur aparente en "Los peligros de la moralidad"
Estoy comenzando a leer el (muy recomendable) libroLos peligros de la moralidad de Pablo Malo. Como no lo he terminado aún, debería entenderse todo lo que sigue aquí como crítica tentativa. Solo quiero hacer constar un problema que he detectado en la estructura y argumento fundamental del libro tanto por el resumen que de él se hace en la introducción como por la lectura de los primeros capítulos.
Estoy precisamente en los que describen la moralidad como un tipo de comportamiento moldeado por la evolución, una adaptación al medio. Nos comportamos como lo hacemos y seguimos unas reglas morales y no otras como producto de la evolución y la selección natural: son las más idóneas para nuestra supervivencia como especie (¿cómo individuos también?). Que es algo con lo que, en en principio, no tengo ningún problema.
Pero la introducción anuncia que en los próximos capítulos van a discutirse temas como el proceso de moralización, el wokismo, la cultura de la cancelación, etc. Que, en términos meta, no es otra cosa que un análisis de cierto proceso de subversión de las normas morales.
Admito estar sumamente intrigado. No sé cómo el autor lidiará con la paradoja aparente de que, por un lado, la moralidad es un producto de la evolución —tal como nuestra armazón fisiológica— y, por otro lado, pueda variar al albur de aún no sé muy bien qué.
Ningún cambio económico, social o político ha alterado significativamente nuestra fisiología: en ningún país del mundo tiene la gente tres ojos, mide cinco metros, o le han salido plumas. Ningún condicionante social ha subvertido nuestra estructura fisiológica, producto también de la evolución. Nuestra especie arrastra adaptaciones caducas —que fueron útiles en tanto que nos dedicábamos a cazar y recolectar en taparrabos— que resultan totalmente imprácticas cuando no contraproducentes en nuestro actual contexto post-industrial; pero ahí siguen, como si aún tuviésemos que temer las asechanzas del oso.
¿Cómo podría entonces haber mutado nuestra moralidad? ¿Por qué habría de ser esta moldeable de una manera en que no lo son el resto de los rasgos que debemos al proceso evolutivo? ¿A qué podría deberse esa disparidad en la velocidad de las adaptaciones?
Aún no lo sé, pero estaré atento a las pistas (o claves) que deje el autor en el libro.
Continuaráse.