Colapso demográfico, colapso del capital humano

Huele a decadencia. Así terminaba la anterior entrada de este blog y así principia la de hoy.

Llevo tiempo siguiendo muy en diagonal, de reojo, la realidad, las noticias: solo traen ruido. Descontado, ruido no deja de tener su función y si respondemos a él correctamente el 51% de ls veces, caminaremos en una dirección no muy alejada de la conveniente.

Pero mi inapetencia por el chascarrillo cotidiano tiene mucho que ver con el hecho de que enmascara lo que entiendo que se ha convertido en la mayor amenaza para nuestras sociedades (y, particularísimamente, la española): el colapso demográfico y, especialmente, el colapso del capital humano.

En resumen, el lector atento descubrirá cómo cada vez vamos siendo menos —aunque el vaciamiento no ocurra homogéneamente en lo geográfico— y cómo comienzan a escasear, precisamente, los mejores: médicos, etc.

El problema, ahora incipiente, se volverá mucho más serio en unos años, en un par de décadas. En particular, la gente más preparada huirá de España: el país se está volviendo cada vez más hostil con ellos. Se irán porque vida solo hay una y los héroes y los santos son los menos por definición.

Teruel (o Soria, o Asturias) es a España lo que España será a Occidente en no mucho.