¿El día del cambio de proveedor de servicios?
Antaño, el calendario marcaba determinados festivos asociados a celebraciones diversas en los que, en algunos casos, se determinaban determinadas liturgias. Muchos de esos festivos estaban asociados a fenómenos relativos al ciclo de las cosechas, a la vida económica de entonces. En ocasiones se revestían de significado religioso; en otras no —o no tanto—.
Aún se celebran hoy, aunque la vida moderna haya convertido en irrelevante su intención última: cosechas, vendimias, solsticios,… ¡tanto da!
Pero la vida económica no ha desaparecido: solo se ha transformado. Ya no importan las vendimias tanto como, por ejemplo, mantener los backups de nuestra información funcionando adecuadamente. Para fomentar la observancia de tal precepto se ha instituido —siempre me he preguntado por quién y bajo qué autoridad— el día internacional de la copia de seguridad.
Otra festividad moderna con la que sería conveniente enriquecer los calendarios sería el del cambio de proveedor de suministros. La liturgia asociada a tal fecha habría de consistir en repasar los precios de los distintos suministros (gas, electricidad, teléfono, etc.), compararlos con los de las compañías de la competencia y sopesar la conveniencia de buscar otro más competitivo. Para luego, opcionalmente, irse de fiesta y dilapidar en vino el valor presente neto del ahorro anual esperado como si de un San Mateo logroñés postvendimia se tratase.