El futuro del trabajo

Permítaseme esta entrada especulativa sobre el futuro del trabajo.

Lo que argumentaré:

  • El problema del desempleo dejará de serlo pronto.
  • Pero tendremos muchos trabajadores pobres.

Obdulio, en los 60, se aferraba como una lapa a la clase media. Estaba pluriempleado, cosido a letras y mantenía, además de la suya, cinco bocas: las de su esposa, sus tres churrumbeles y su mamá política, recientemente enviudada. En su hogar, cada trabajador soportaba cinco inactivos que comían todos los días. Ni que decir tiene que a Obdulio apenas le quedaban recursos sobrantes —dinero, tiempo— para cualquier tipo de amenidad. Todo lo suyo, toda su circunstancia, era modesta.

La situación a la que llevamos algunas décadas acostumbrados es sobra conocida: unos trabajan y tienen una vida razonablemente desahogada; otros no encuentran trabajo y están en apuros. La tasa de desempleo ha oscilado pero el paro sigue siendo uno de los principales problemas que señala la gente cuando les pregunta el CIS.

¿Y el futuro? No hay sino que echar un ojo a las pirámides de edad para intuir que el desempleo desaparecerá rápidamente. En no mucho tiempo, en España se alcanzará el pleno empleo. De hecho, los políticos ya están comenzando a prometerlo. Es conveniente prometer solucionar un problema que va a arreglarse solo, hagas lo que hagas. Solo que el problema de base, el sustancial, mutará.

Habrá trabajo y la gente tendrá trabajo. Pero, como Obdulio, cada trabajador tendrá que mantener a un determinado número de inactivos. Obdulio los tenía cerca, comía y dormía con ellos, paseaban juntos los domingos por el parque, le regalaban calcetines el día del padre, eran una familia. Los dependientes del trabajador del futuro serán gentes que este ni conoce, ni ha visto; con los que no paseará por el parque ni le cantarán el cumpleaños feliz cuando corresponda. Serán una abstracción estadística en virtud de la cual el estado detraerá de su cartilla un pedazo de los ingresos no mucho más pequeño que el que consumía la parentela de Obdulio.

El trabajador del futuro será un Obdulio estresado, pluriempleado, solo, triste y modesto al que nadie, jamás, dará las gracias por nada.