Acerca de la investigación DIY

En su vídeo Do your own research, but do it well Sabine Hossenfelder discute una serie de asuntos que ya he tratado por aquí, como cuando he escrito sobre el terraplanismo. Efectivamente, nos enfrentamos a dos problemas:

  • El principal es que mucha, demasiada gente cree cualquier cosa sin criterio alguno.
  • Uno algo menos acuciante es que alguna gente intenta investigar por su cuenta y no siempre lo hace bien.

Entre los segundos se encuentran, por ejemplo y como ya he discutido previamente, los terraplanistas. La característica más distintiva de los terraplanistas no es que crean que la tierra sea plana sino que aspiran a no creer en nada que no puedan demostrar fehacientemente por sí mismos. De hecho, algunos terraplanistas (véase aquí) han dejado de creer que la tierra es plana debido a la abrumadora evidencia en contra, pero insisten en seguir cuestionando verdades que no puedan ser demostradas con criterios distintos de los que caracterizan a la secta epistemológica. Es como quien pretende resolver problemas de geometría plana “de regla y compás” usando solo la regla: dejarán de dar por buenos un montón de resultados cuya demostración precise de ambos instrumentos.

Dar por buena una proposición, creer en ella, es una cuestión de la que los filósofos llevan tiempo ocupándose. Por ejemplo, puede uno consultar The Ethics of Belief, que discute las cuestiones epistemológicas, pero también prudenciales, morales y sicológicas, de la cuestión. El vídeo estudia únicamente las primeras y ofrece consejos prácticos acerca de cómo evitar errores la implementación de un programa de verificación de afirmaciones, pero es conveniente prestar también atención al resto porque, al final, y ahí está el quid de la cuestión:

  1. Nuestras creencias están al servicio de nuestros objetivos (p.e., la supervivencia). Así que, a veces, querremos creer cosas que tal vez no sean ciertas (o que ofrecen serias dudas) si es que buscamos alcanzar aquellos. Por ejemplo, si mi objetivo es mantener mi trabajo y en él se utiliza un método B que creo inferior a mi favorito, A, me convendrá convencerme de que B es suficientemente bueno.
  2. En el fondo, nunca tenemos evidencia completa acerca de la verdad o no de nuestras creencias. De no ser así, esta discusión no tendría lugar. Solo disponemos de heurísticas más o menos sensatas para ir aceptando lo que es bueno y descartando lo que no. A más no podemos aspirar.