Política

Campañas electorales e información

En democracia hay elecciones periódicamente. Los candidatos exponen sus programas, los discuten en debates, etc. y la gente vota.

Cabría esperar que el primer año de mandato de un representante elegido —de no mediar guerras o catástrofes— sea previsible: durante semanas ha expuesto públicamente sus planes y cabría esperar una cierta correspondencia entre estos y su actividad una vez en el cargo. Pero es curioso que a nadie le llame la atención en los debidos términos:

El parco callejero de la adscripción ideológica

El municipio de Madrid mide algo más 600 km² y cuenta con 9139 calles, plazas, etc. Si A dice estar en el número tal de la calle cual de Madrid (y no miente) es fácil tenerlo ubicado con un error de unos escasos metros. Supongamos que Madrid no tuviese sino… ¿20 plazas con nombre? Si a alguien le preguntasen dónde está, tendría problemas en identificar la ubicación. Tal vez diría “en Tirso de Molina” por ser la plaza con nombre más cercana a su ubicación, probablemente a cientos de metros de dicha plaza.

La fricción y su papel

Hablé una vez sobre la fricción —como una metáfora útil bajo la que entender algunas de las cosas que pasan— aquí. Ahora, Zvi acaba de publicar un largo artículo sobre la frición que arranca así:

Cuando las cosas son fáciles, la gente las hace mucho más.

Si levantas barreras a su derredor, aunque sean fáciles de saltar, la gente las hace muchísimo menos.

Pensemos seriamente en eso y elijamos cuidadosamente qué barreras colocar y dónde.

Principios vs intereses en la Europa de 2025

Dijo Lord Palmerston —político británico que fue primer ministro a mediados del XIX— desde la cúspide del poder del Imperio:

No tenemos aliados eternos, no tenemos enemigos perpetuos. Solo nuestros intereses son eternos y perpetuos. Nuestra obligación es defenderlos.

Una explicación rápida y cuestionable de la decadencia del imperio español es la de su nada pragmática defensa de una serie de ideas y principios, esos que animaban a los castellanos viejos.

Cultura: jerarquías y cambio

  • Supongamos —algo que no es totalmente evidente, pero sí aceptable en primera aproximación— que la cultura imperante condiciona la legalidad vigente —la gente elige políticos que redactan leyes— y las conductas generalmente consideradas éticas.
  • Demos por bueno que no existe una jerarquía de culturas que nos permita decidir si esta es mejor que aquella.
  • Entonces, ¿por qué cambian (evolucionan) las culturas? ¿No debería ser la cultura $C(t+1)$ mejor (¿en qué sentido?) que la cultura $C(t)$?

Lo cual encierra una contradicción clara. La solución que a este problema se ha encontrado en estas páginas es:

Lo que tienen en común las tarifas de Trump y la manía por no incrementar la oferta de vivienda en casi todas partes

El nuevo presidente de los EEUU dice querer imponer tarifas punitivas a las importaciones de productos extranjeros. Políticos de todo el mundo buscan soluciones al ubicuo problema de la vivienda distintos de los de construir más. ¿Qué tienen ambas políticas en común? Que sus más entusiastas partidarios son, precisa y paradójicamente, sus principales afectados.

Ningún economista serio se plantea que las tarifas sean la solución a problema alguno. A lo más, alguno piensa que hacerlas desaparecer demasiado rápidamente en algún país podría producir algún tipo de reordenamiento temporal caótico (piénsese en la reconversión industrial española) en algún sector económico concreto.

Producto vs Usabilidad: la Constitución Española

La interpretación más caritativa que puede hacerse de la situación constitucional española actual a la vista de lo que se cuenta aquí (resumido por Claude debajo) es que la CE como producto tenía el aspecto

CE-Producto

pero en la práctica se ha convertido en

CE-Usuario

Hay muchos comentarios que pueden hacerse. Como si es posible volver a meter la pasta dentífrica dentro del tubo una vez derramada. O si efectivamente la CE, como producto, tuvo serios problemas de diseño. O, incluso, si por el mecanismo mismo de redacción de constituciones es muy difícil predecir y prevenir los usos ingeniosos que de ellas se puedan hacer décadas después de aprobadas.

¿Soberanía tecnológica?

El estado ha tomado el dinero que los autónomos hemos creado ex nihilo y se lo ha dado a unos tipos de Barcelona para que creen modelos de lenguaje (LLMs, como ChatGPT) especialmente diseñados para dar soporte a esos idiomas que hablan algunos en la zona periférica de la península Ibérica. Es muy difícil encontrar información sobre el asunto, pero he dado con el vídeo de una charla de uno de uno de los responsables del proyecto en la U. de Jaén.

Trump y mentes semieducadas

El filósofo de la educación Kieran Egan tiene un libro bastante recomendable, The Educated Mind. Esencialmente tiene dos partes. La primera trata los objetivos de la educación que son tres:

  1. Enseñar cosas que son ciertas (1+1 = 2, etc.).
  2. Enseñar usos y costumbres sociales (decir “buenos días”, etc.)
  3. Desarrollar el pensamiento crítico.

A nadie se le escapará que los tres objetivos no están siepmre perfectamente alineados (y ahí radica, en parte, la dificultad de la educación).

Sobre la "maquinaria del gobierno"

Llevo leído como el 20% de uno de los peores libros de Joseph Heath que ha caído en mis manos: The Machinery of Government. El libro argumenta que una parte significativa de la actividad del poder ejecutivo no es exógena —impuesta sobre él por los representantes democráticos (ministros, etc.) que la dirigen nominalmente— sino endógena, producto de la iniciativa de la propia administración y, en última instancia, de funcionarios de carrera no electos. A partir de esa premisa —que no es obvia hasta que se le presta atención al asunto— comienza a construir una teoría moral y política de ese estado que es democrático en la cúspide pero tecnocrático en el resto de los escalafones. Una de las cuestiones centrales en la discusión es, pecisamente, la de los límites del poder de tal sistema burocrático.

"¡Miente!" como "prompt"

Leí hace un tiempo unas declaraciones de uno de esos ideólogos de internet en el que venía a decir que recibía muchas comunicaciones (correos electrónicos, etc.) obviamente redactados por LLMs y que no le interesaba tanto el texto propiamente como el propmt a partir del cual se había generado. El prompt es, efectivamente, mucho más informativo —en particular de la intención del mensaje— que el mismo mensaje.

El problema es que el prompt no es público, no es explícito. Hay gente que, a fuerza de paciencia e ingenio, consigue exfiltrar los prompts de algunos LLMs. A veces, sin embargo, los prompts se publican, frecuentemente por error o fallos de cálculo.

La paradoja de la escasez de vivienda: el caso de Portugal

Esta semana he escrito una serie de cortos sobre vivienda y quiero explayarme en algunos aspectos del llamado problema. En particular, sobre la paradoja que nadie parece discutir a la que hacía mención al final de esa entrada. La voy a ilustrar con un asunto relacionado con nuestro vecino Portugal.

Primero, una serie de hechos conocidos:

  • Portugal es un país que, por motivos que algunos conocen, es incapaz de producir bienes y servicios que deseen los extranjeros.
  • Vive instalado en una especie de molicie económica que fuerza a muchos jóvenes a la emigración.
  • Hace unos años se le ocurrió la feliz idea de crear una visa especial por la que ciudadanos acaudalados de otros países —p.e., nómadas digitales— podían instalarse a vivir en Portugal y disfrutar de una serie de ventajas fiscales.

La idea es estupenda: aunque los productos y servicios portugueses no encuentran compradores fuera, es posible traer a los compradores dentro. Las ventajas son:

Recordatorio periódico: el rol del estado

En España es popular un discurso según el cual el estado tiene un papel fundamental en la provisión de sanidad y educación. Como si proporcionar sanidad y educación es el fin y la justificación del estado (y de las servidumbres asociadas a su existencia, como los impuestos, etc.). (Obviamente, “sanidad y educación” es solo un meme tamaño pancarta (o tuit): en realidad, los que lo defienden no quieren decir que el estado deba restringirse a esas tareas, pero es no obstante significativo que se trate de las que subrayen con mayor ahínco). Cuando sanidad y educación son servicios que en muchas sociedades exitosas son de provisión privada —aun cuando el estado desempeñe en ellas cierto papel corrigiendo algunos desajustes del mercado—.