La disidencia, ¿"bug" o "feature"?

Esta entrada es producto de unas reflexiones que me vinieron a la cabeza el otro día mientras un par de antivacunas se explicaban larga y redundantemente.

No era gente estúpida —ambos eran físicos, uno de ellos doctor— pero como los argumentos —ya sabemos que el logos no es la mula sino el carro, ¿no?— me aburrían, me entretuve ponderando la siguiente hipótesis, que convengo, es altamente hipotética.

Sabemos, y ya nos lo dijo Aristóteles, que somos animales políticos (o sociales).Pero lo que nadie ha dicho es que seamos animales gregarios. Tal vez porque somos empíricamente conscientes de que cada vez que se ha puesto encima de la mesa un asunto con expectativas de universalidad —piénsese: el heliocentrismo, la redondez de la tierra, la exquisitez del jamón serrano, la inmaculada concepción de María, el geocentrismo, el comunismo, la evolución, la inocuidad del 5G, la vacuna del sarampión, el progreso, etc.— un porcentaje minoritario pero significativo de la población ha enarbolado inopinadamente el pendón de la disidencia.

Riesgos y vacunas

Aunque planteada con toda la crudeza, la pregunta sobre si es lícito poner en peligro (incluso de muerte) a otros parece suscitar en nosotros una respuesta moral negativa, la realidad es que es algo que ocurre rutinariamente. Por ejemplo, sucede así con el tráfico rodado: los conductores ponen en peligro tanto a peatones y ciclistas como a otros conductores —por no hablar de a sí mismos—; no obstante, está permitido conducir todo tipo de vehículos.

Principios de moral

En esta entrada voy a establecer primero y discutir mínimamente después unos principios de la moral. Más que como verdades ontológicas —sobre lo que no me pronunciaré— lo haré como una perspectiva —que estimo muy fructífera— que nos permite entender y razonar sobre los problemas morales.

Los tres principios de la moral

  • Moral, ética y comportamiento/conducta son sinónimos. Toda conducta es moral.
  • El concepto abarca tanto el comportamiento humano, como el de los animales (las criaturas animadas, en general, incluyendo, p.e., a las amebas) y el de las organizaciones sociales de todo tipo (empresas, grupos terroristas, estados, etc.)
  • El criterio que permite juzgar el comportamiento de un sujeto es su relación su supervivencia: será bueno/malo aquello que favorece/pone en riesgo su supervivencia.

Discusión

¿Emergencia climática?

Estas páginas no niegan el cambio climático. De hecho, el clima no ha dejado de cambiar en los últimos 500 millones de años.

Cambio climático en los últimos 500 millones de años

Tampoco niega que por efecto del hombre, ciertas cantidades de CO₂ que estuvieron en la atmósfera, que fueron capturados por distintos organismos y permanecieron enterradas durante millones de años hayan vuelto a su lugar original y que ello haya causado ciertas alteraciones climáticas. Eso sí, es mucho más escéptico acerca de dichos cambios vayan a ser tremendamente nocivos para la humanidad. Aunque tampoco se quieren ignorar los potenciales efectos nocivos de dicho cambio en unas páginas que hacen de la idea de supervivencia su hilo conductor.

La comunicación como problema de coordinación

El descriptivismo está de moda. El prescritivismo (o normativismo) se contempla con recelo.

El descriptivismo es entretenido. Puede considerarse una afición emparentada con la entomología o la filatelia. Consiste en coleccionar especímenes —cuanto más exóticos, mejor— y pincharlos sobre un corcho con un alfilerito. Tiene, por supuesto, una componente política y moral muy vecina de lo posmo. Pero no quiero abundar ahora en ella.

En esta entrada quiero romper una lanza en favor del prescritivismo desde un punto de vista inhabitual: el de la teoria de juegos. El estudio de la comunicación y el lenguaje se ha estudiado desde muchas perspectivas, pero una de las menos frecuentes es la económica.

Supervivencia y ética corporativa

Estoy leyendo un libro muy interesante: Morality, Competition, and the Firm: The Market Failures Approach to Business Ethics.

El libro abunda (y ofrece una perspectiva inhabitual y alejada de lo que podría llamarse el consenso de la época) sobre los principios éticos que deberían regir el comportamiento de las empresas. Se refiere largamente, por supuesto, al afamado artículo de Friedman de 1970 (que puede resumirse en: maximiza beneficios mientras te mantengas en el lado aburrido de la ley) y otras perspectivas más actuales que hacen hincapié en esas etéreas responsabilidades adicionales que se supone que tienen las empresas para con una miríada de stakeholders.

Races to the bottom

[No sé cómo traducir “race to the bottom” al español. Así que usaré las sigla RtB en lo que sigue.]

En nuestras sociedades operan mecanismos que tienden de forma natural al equilibrio. Por ejemplo, los mercados competitivos; nadie de quienes opera en ellos, ni individual ni colectivamente (y salvo que se desvirtúe la naturaleza competitiva del mercado) puede alterar su funcionamiento sea racionando la producción, alterando los precios o acaparando producto. Oferta y demanda se encuentran en todo momento en un punto de equilibrio dinámico.

Pensiones: la imagen de las 100 balanzas

Mi última entrada versó sobre el asunto de las pensiones. En esta quiero volver sobre el asunto de otra manera por dos motivos. El primero, porque pensé que hacía falta buscar una imagen mucho más gráfica para representar las ideas que allí se contenían; el segundo y más fundamental, porque creo haberla encontrado.

Al hablar de pensiones, la imagen primera que se nos representa es la de una balanza. El que la palabra equilibrio y sus derivadas estén siempre presentes en las discusiones al respecto es buena prueba de ello.

¿"Resolverá" la inmigración el "problema" de las pensiones?

I.

Esta es una entrada que versa sobre la sostenibilidad de las pensiones. Se centra en las contributivas, las normales, dejando de lado otras cosas que se llaman pensiones pero que ameritan un tratamiento distinto y específico.

Por centrar ideas, trata de aquellas pensiones que se financian a partir de las contribuciones de los trabajadores, ese 28.3% del salario —para los autónomos funciona de otra manera distinta en la que no se abundará— que va a parar a la Seguridad Social mensualmente.

Dos metáforas físico-mecánicas de la economía

Esta es una —conocidísima— metáfora físico-mecánica (¿físico-hidráulica?) de la economía:

Trolley problem

[Para saber más acerca de ella, esto.]

La economía está representada un sistema de flujos que tratan de modelar su estado estacionario, su natural desarrollo en equilibrio.

Pero sea por la deformación profesional, sea por haber vivido las últimas grandes crisis económicas, sea por el motivo que sea, el autor prefiere otra metáfora físico-mecánica —esta vez sin una materialización física real, sin su MONIAC y sus manivelas— basado en bastidores. Los bastidores están interconectados entre sí y su función es absorber impactos (shocks). El sistema tiene que construirse de manera que a pesar de que se introduzcan oscilaciones fuertes en algún sector, el sistema completo no entre en resonancia.

Sobre el derecho como conocimiento común y punto focal

Leo aquí:

En otras entradas he resumido y comentado trabajos que giran en torno a la idea de que la función fundamental – si no única – del Derecho es facilitar la coordinación en los grupos humanos de gran tamaño permitiendo a cada miembro del grupo saber qué van a hacer los otros. La norma indica la conducta esperada de los otros miembros del grupo si el Derecho está “vigente” socialmente, esto es, si las normas se cumplen generalizadamente. Si lo hacen, la gente puede calcular que los demás, si se promulga una nueva norma, la obedecerán y, en consecuencia, tenderá, él mismo, a obedecerla. Se explica así, sencillamente la intuición de Hume acerca de que el dictador no logra la obediencia por el miedo o la amenaza. En los extractos que traduzco a continuación se explica cuál es el mecanismo a través del cual este efecto del Derecho es posible: a través de la publicación de las normas, su contenido se hace “conocimiento común” (common knowledge) y eso modifica las expectativas de cada miembro del grupo respecto de la conducta que adoptarán los demás. Si cada uno espera que los demás cumplan la norma (y para ello basta con que piensen que los demás pensarán que los demás cumplirán la norma y así recursivamente hasta el infinito), tendrán incentivos para cumplirla, no por la amenaza de la sanción, sino, como explicaba Binmore, por temor a que los demás dejen de considerarlo como compañero en la cooperación social. Para que ese temor sea eficaz basta con que nuestra psicología haya internalizado que el ostracismo significa la muerte dada la intensísima dependencia del linaje homo del grupo.

Un experimento mental con final abierto sobre la distribución de las vacunas

Esta entrada se limita a dejar constancia de un pequeño experimento mental con el que me entretuve hace unos días. No es, desde luego, una recomendación ni, siquiera, la manifestación de una preferencia personal. Es, como anuncio arriba, un mero experimento mental.

Además, este experimento mental obvia cuestiones técnicas, principalmente logísticas, que se derivarían de su aplicación. Al menos, en mi versión del experimento; a otros les podría apetecer introducirlas.

Sobre "Éxito y suerte. El mito de la meritocracia."

Acabo de terminar el libro de Robert Frank que da nombre a esta entrada y me ha apetecido dejar escritas unas líneas sobre él.

En primer lugar, hay que decir que es un libro extraño en tanto que el título que lleva lo merece solo su primera mitad. La segunda trata de otro asunto y no creo que las palabras éxito o suerte, muy frecuentes en la primera, aparezcan en más de dos o tres ocasiones en la que le sigue.