Sobre los otros terraplanismos

Del terraplanismo ya se ha hablado aquí. Uno de los aspectos más importantes del terraplanismo es que se trata de un folclore intrascendente. Los terraplanistas pueden hacer su vida con absoluta normalidad y no causan mayor perjuicio ni para sí ni para los demás.

Sin embargo, existen muchas otras ideas que, siendo igualmente falsas, son perjudiciales tanto para quien las sostiene como para la sociedad que contiene dichas mentes iluminadas. Pero, por algún motivo, vuelan por debajo del radar del reproche intelectual y social.

Educación en un mundo competitivo y desigual y cuatro asuntos más

I.

Es un poco extraño el parrafito

La esencia del argumento es que el estilo de crianza “óptimo” no puede entenderse sin mirar al entorno económico. En país muy desigual y donde el capital humano es esencial para el desempeño económico los padres no pueden dejar que el hijo decida por su cuenta cuánto se esfuerza. Y por eso deben influir directamente en sus acciones (lo que llaman estilo “autoritario”) o, en un país donde buena parte de la educación se recibe lejos del control parental, sobre sus preferencias (lo que llaman estilo “authoritative” y yo traduje como “persuasivo”). Solamente cuando hay poca desigualdad se pueden permitir los padres ser “permisivos” y dejar que los chicos exploren la creatividad o sus intereses amplios.

Tasa de descuento en t, tasa de descuento en d

Al hilo de esta discusión sobre si las políticas nacionales de un país deberían tener en cuenta únicamente a su población o a la de todos los países, recuerdo a mis lectores que:

  1. Tendemos a descontar el impacto de los hechos futuros.
  2. Los economistas cuantifican esa tasa de descuento, que es la que subyace a (o se identifica con) los tipos de interés.
  3. Y que, análogamente, descontamos los hechos que pasan lejos.

Además, ese descuento opera de manera similar a como lo hace el temporal: (simplificándolo todo,) si X sucede en un año, lo valoramos hoy como $(1-r)X$ para cierta tasa de descuento $r$; pero si ha de ocurrir en $n$ años, lo valoramos hoy como $(1-r)^nX$.

Implicaciones de que el "software" constituya un "ecosistema" y cinco asuntos más

I.

No me gusta Un régimen jurídico para los datos que tenga en cuenta que, como ocurre con las ideas, no hay rivalidad en su consumo sobre lo que su largo título indica porque mezla de manera oscura rivalidad y posibilidad de excluir en la definición de bien público. De hecho, los datos, en principio, admiten la posibilidad de uso exclusivo. Se parecen más a una piscina, que no tiene rivalidad de uso, pero sí posibilidad de excluir a los usuarios que no paguen una entrada.

Economía y política: dos pares de ejes oblicuos

Discuto hoy otro modelo mental para entender multitud de textos en los que se expone un conflicto entre economía y política. Lo hago en función de dos ejes oblicuos (donde por oblicuo entiendo que no son ortogonales, sino que guardan una cierta correlación).

I. Eje “trade offs” vs eje “equilibrio de poderes”

La economía versa sobre trade-offs: estamos condenados a utilizar bienes escasos y lo que se dedica X no está disponible para Y. La política, en cambio, está más preocupada por los equilibrios de poder entre distintas partes. En ocasiones —recuérdese su carácter oblicuo– ambas perspectivas conducen a una misma solución. Pero en las verdaderamente problemáticas, no.

¿Hemos olvidado de cómo construir (viviendas)?

Unas cuantas noticias de antes de 2008:

Un par de noticias recientes:

Eso necesita ser explicado (y, desde luego, el problema no parece ser tecnológico).

Sobre los gustos culturales de la derecha y cuatro asuntos más

I.

Aquí se argumenta sobre el mal gusto (cultural, especialmente) de la derecha.

II.

Lo mejor —y, en particular, lo más útil— que he leído jamás sobre la risa es lo que trae The Elephant In The Brain al respecto. Pero ahora hay más aquí.

III.

Me encantan los comentarios de John Cochrane. A la pregunta

Permitir que las empresas cotizadas presenten resultados anualmente y no trimestralmente hará que los ejecutivos presten más atención a los efectos a largo plazo de sus decisiones.

¿Quién (qué) pagará nuestras pensiones? Si acaso, el capital humano

El lector habrá encontrado escrita por ahí frases diciendo que estos o aquellos serán quienes paguen nuestras pensiones en el futuro. Sin embargo:

  • Lo que pagará nuestras pensiones es el capital humano que seamos capaces de poner a producir.
  • El capital humano está embebido en seres humanos, sí.
  • Pero no es realista llevar la contabilidad del capital humano contando cabezas.
  • Aunque, concedido, es muchísimo más fácil usar este proxy que agarrar el toro por los cuernos.

España, en los últimos tiempos, es un país con un flujo migratorio positivo. Pero, ¿cambiaría la cosa si llevásemos la cuenta del capital humano en lugar del de personas?

Algunas ideas sueltas sobre economía

I.

Sabine Hossenfelder encuentra algo positivo que decir sobre el capitalismo. Que no es algo habitual para una científica. De hecho, después de este vídeo tuvo que explicarse y requeteexmplicarse hasta la saciedad porque para ciertas capas sociales de las que se espera más, el asunto es tabú.

II.

Este artículo de The Economist habla sobre cómo gastan el dinero las nuevas generaciones, de su supuesta búsqueda de la autenticidad y su declarado respeto por los valores y el medio ambiente. Luego, sus dos últimos párrafos tratan sobre las preferencias reveladas (es decir, lo que sobre lo que sus valores nos cuenta su consumo realmente existente).

Medios antilombriz

Cultivo lombrices en casa —capturé unos cuantos ejemplares en la orilla del río— con la esperanza vagamente inspirada en conocimiento científico de que, en el momento en que se afiance y crezca la colonia, me ayuden a transformar basura en suelo rico para las macetas.

Hay medios (de comunicación) que funcional al revés: transforman información rica pero que no puede ser adecuadamente procesada por el ciudadano del percentil 60-70 para abajo, en basura informativa fácilmente asimilable. Podríamos considerarlos males necesarios para que la democracia opere de manera mínimamente popperiana.

Arte y cultura contemporáneos y cuatro asuntos más

I.

No lo puede escribir mejor The Economist aquí:

Los artistas que repudian el apoyo de sujetos como Baillie Gifford tienen concepciones ingenuas sobre el poder e infantiles sobre la moral. Si lo que anhelan es la pureza, están en el negocio equivocado.

II.

Sobre la eficacia de los confinamientos (y medidas similares) durante la pandemia: una visión estatista y otra que lo no es.

III.

Escribe John Cochrane (aquí):

Un último argumento a favor de la IA. Las tasas de natalidad se están desplomando. Quizás las personas artificiales estén llegando justo a tiempo. […] podríamos obtener los beneficios ambientales de tener menos personas con los beneficios económicos de tener más.

Sobre el papel del azar en el comportamiento ético y algunos otros asuntos más

I.

Sabine Hossenfelder da en Why Bitcoin Mining is Good for the Environment – And why it isn’t una serie de argumentos por los que el Bitcoin pudiera no ser tan malo en algunos casos. El resumen es:

  • Hay lugares alejados en los que sobra energía.
  • Por estar alejados, no es factible exportar esa energía.
  • Pero sí que podría usarse para minar bitcoins (que se transportan muy fácilmente) y aprovecharla.

Puede ser, pero ¿seguro que es el bitcoin el único uso que se le puede dar a esa energía? En una zona habitada, la energía tiene muchos usos potenciales y minar bitcoins es uno de los menos rentables: queda desplazado por otros. En esos lugares remotos, el número de usos potenciales de la energía es más reducido y el bitcoin podría ser competitivo frente a otros. Pero hace mal Sabine en no plantear que el bitcoin podría ser un second, third, o fourth best en muchos casos.

Mercados de predicciones: ¿sí o no?

Tiene Scott Alexander un promptuario de sobre mercados de apuestas en el que:

  • Se declara partidario entusiasta de su uso.
  • Explica por qué son útiles: p.e., un periodista, en lugar de decir que “se cree que pasará X” puede escribir “la probabilidad de que ocurra X es del Y% según tal mercado de apuestas”, enriqueciendo el debate público.
  • Sostiene y justifica que funcionan mejor que las opiniones de los expertos.
  • Sostiene y justifica que no pueden ser (fácilmente) manipulados (en la práctica).
  • Plantea un análisis coste-beneficio más o menos implícito de de su uso.
  • Critica agriamente el afán de los reguladores estadounidenses por prohibirlos.
  • Explica, además, qué opciones existen para participar en ellos.

Por su lado, Nick Whitaker y J. Zachary Mazlish alegan: