Arte

Implicacines de que el "software" constituya un "ecosistema" y cinco asuntos más

I.

No me gusta Un régimen jurídico para los datos que tenga en cuenta que, como ocurre con las ideas, no hay rivalidad en su consumo sobre lo que su largo título indica porque mezla de manera oscura rivalidad y posibilidad de excluir en la definición de bien público. De hecho, los datos, en principio, admiten la posibilidad de uso exclusivo. Se parecen más a una piscina, que no tiene rivalidad de uso, pero sí posibilidad de excluir a los usuarios que no paguen una entrada.

Arte y cultura contemporáneos y cuatro asuntos más

I.

No lo puede escribir mejor The Economist aquí:

Los artistas que repudian el apoyo de sujetos como Baillie Gifford tienen concepciones ingenuas sobre el poder e infantiles sobre la moral. Si lo que anhelan es la pureza, están en el negocio equivocado.

II.

Sobre la eficacia de los confinamientos (y medidas similares) durante la pandemia: una visión estatista y otra que no es.

III.

Escribe John Cochrane (aquí):

Un último argumento a favor de la IA. Las tasas de natalidad se están desplomando. Quizás las personas artificiales estén llegando justo a tiempo. […] podríamos obtener los beneficios ambientales de tener menos personas con los beneficios económicos de tener más.

¿Debería elaborarse un "barómetro à la CIS" entre los "artistas contemporáneos"?

La entrada de hoy versa sobre el siguiente vídeo:

  1. El mundo del arte contemporáneo en España está dominado por ciertas ideologías. En particular, la autora da a entender que entre los artistas contemporáneos que exhiben sus obras en los circuitos habituales en España existe un consenso básico en cuestiones que en la población general son problemáticas: el aborto, los toros, el feminismo, la inmigración, el neoliberalismo, la derecha, la izquierda, etc. Por abreviar, la autora la identifica con posturas de izquierda.
  2. Que eso es así porque las las instituciones que gestionan los fondos de promoción del arte contemporáneo, las que dan acceso a becas, exhibiciones, estancias, etc., están controladas por una estrecha élite que participa de esas ideologías singulares y que las promueven activamente desde sus posiciones de poder. Lo hacen, además, bloqueando el acceso a esos recursos a artistas que no son de su cuerda ideológica.
  3. Que detrás del fenómeno anterior se encuentra la pervivencia del krausismo en España, enquistado en determinados puestos —menciona explícitamente ciertas cátedras de estética— y quienes los ostentan.

Estos argumentos se mezclan, como digo, con otros sobre los que me es mucho más difícil pronunciarme y que no sé siquiera si podré transcribir fiel a la intención de la autora. A saber: