Paretianismo

Unas cuantas notas sobre economía

El artículo La guerra del paracetamol: una historia de la decadencia de los Gobiernos europeos es una soflama mercantilista a cuenta de que una empresa francesa ha vendido a inversores extranjeros una filial de medicamentos sin receta. Tiene valor en cuanto que refleja el ambiente intelectual de la época en que vivimos. Por ejemplo,

Este escenario debería incitar una seria reflexión sobre la necesidad de la inversión extranjera y en qué términos ha de producirse. Un fondo que entra en el accionariado (o que adquiere) una empresa que funciona razonablemente bien solo aspira a recibir dividendos que se mantengan en el tiempo o a vender lo ahora adquirido con un sobreprecio. Ninguna consecuencia positiva tiene ese propósito para el desarrollo de la empresa, para sus productos o servicios, para sus trabajadores y para los mismos consumidores. Esa inversión no es necesaria, y menos aún en la medida en que suele exigir una gestión que aumente el número de beneficios en lugar de mejorar la empresa. Las inversiones que restan mucho más de lo que aportan debería ser desincentivadas, al mismo tiempo que debería promoverse aquella cuya intención es crear algo nuevo, activar lo existente o impulsar los sectores que cuentan con posibilidades. La inversión productiva debería ser bienvenida y la rentista limitada al máximo.

Moral/economía nominal/real

La economía (como realidad) es dual, como el universo de Descartes. Hay una economía real (productos y servicios que se generan e intercambian) y una nominal (números que se apuntan y borran de una serie de libros contables).

La economía (como disciplina académica) estudia la economía real, estudia la economía nominal y estudia (como Descartes) la relación entre la una y la otra. Hay posturas para todos los gustos al respecto, pero es indudable que existen relaciones bidireccionales entre ambas.

Otra conclusión repugnante (del utilitarismo y por qué en estas páginas estamos más próximos al "paretianismo"

Dentro del utilitarismo se ha discutido mucho la llamada conclusión repugnante. En su versión más concisa, dice que

Para cada población con un bienestar elevado, existe una población [tal vez hipotética] con un bienestar muy bajo que es preferible a la primera [desde un punto de vista formalmente, al menos, utilitarista].

El utilitarmismo también ofrece conclusiones repugnantes que bien podrían caricaturizarse así:

Si muchísima gente odia mucho a los habitantes de X, bombardear X es preferible a no hacerlo [desde un punto de vista formalmente, de nuevo, utilitarista].