Sobre el papel del azar en el comportamiento ético y algunos otros asuntos más
I.
Sabine Hossenfelder da en Why Bitcoin Mining is Good for the Environment – And why it isn’t una serie de argumentos por los que el Bitcoin pudiera no ser tan malo en algunos casos. El resumen es:
- Hay lugares alejados en los que sobra energía.
- Por estar alejados, no es factible exportar esa energía.
- Pero sí que podría usarse para minar bitcoins (que se transportan muy fácilmente) y aprovecharla.
Puede ser, pero ¿seguro que es el bitcoin el único uso que se le puede dar a esa energía? En una zona habitada, la energía tiene muchos usos potenciales y minar bitcoins es uno de los menos rentables: queda desplazado por otros. En esos lugares remotos, el número de usos potenciales de la energía es más reducido y el bitcoin podría ser competitivo frente a otros. Pero hace mal Sabine en no plantear que el bitcoin podría ser un second, third, o fourth best en muchos casos.
II.
Por ejemplo, desalinizando agua. Una planta desalinizadora transforma energía eléctrica (y agua salada, por supuesto) en agua potable a razón (en las más eficientes) de un metro cúbico por cada 2.5 - 3.5 kWh de electricidad.
III.
En Goodbye Lenin, aquella señora ciudadana ejemplar de la RDA, tenía asumida como labor patriótica escribir cartas denunciando los problemas que observaba: que si la talla de los jerseys del economato no correspondía con lo esperado, etc.
Esta es una versión moderna y actualizada de aquellas misivas.
IV.
Merece la pena repasar de vez en cuando los problemas fundamentales a los que se enfrenta la aplicación estricta del libertarianismo, particularmente cuando se olvida que una ideología es simplemente una priori —útil, en el mejor de los casos— que hay que confrontar bayesianamente con la realidad concreta que se quiere estudiar.
V.
En mi primer curso formal de estadística nos contaron aquellas cosas de los p-valores, etc. Cuando se trabaja con datos discretos ocurre en ocasiones que es imposible determinar un punto de corte exacto para la toma de decisiones con un cierto nivel de error prefijado. Tal vez el valor ideal es 15.92 pero hay que elegir entre 15 y 16. En tal caso, aquel profesor nos contaba que una de las maneras de resolver el dilema era… tirando una moneda (u optando con un procedimiento aleatorio entre ambos extremos). ¿No causa cierto asombro que la recomendación científica consista en dejar en manos de la suerte una decisión que se supone informada?
Pues en Resolving moral uncertainty with randomization abundan en el procedimiento para dirimir asuntos morales cuando existe incertidumbre entre los principios éticos que aplican a la cuestión.