Por qué dejé de seguir NadaEsGratis

NadaEsGratis es un blog de economía que comencé a seguir hará quince años. Ofrecía análisis mucho más profundos de los que se podían encontrar en prensa de asuntos de relevancia económica desde una óptica española. Era la época en la que escribían en él —y así los conocí— economistas de la envergadura de Jesús Fernández-Villaverde o Luis Garicano. Trataban temas duros, como la deuda, la inflación, las infraestructuras, etc. Pero, con el tiempo, fue degenerando y otros autores mucho más mediocres tomaron el relevo de los fundadores. También hubo una notable deriva en los asuntos que se trataban. En los últimos tiempos, aunque seguía suscrito a los RSS del blog, lo leía, a lo más, de reojo. Dejó de apelarme absolutamente.

Pero la entrada Porque hoy es martes de un tal Jordi Paniagua, de oficio catedrático, me hizo desuscribirme definitivamente de NadaEsGratis. En él se lee:

Que conste ya advertí desde el primer día a mis colegas editores, que mis principios Marxistas (sic) me hacen pensar que un blog que me quiera como editor debería reconsiderar sus estándares.

Da igual que individuos a título personal, llámense Jordi Paniagua o no, se adhieran a los principios marxistas (siempre y cuando los escriban en minúsculas). Pero es muy problemático que individuos que defiendan tales tesis sean catedráticos de economía (o de cualquier otra disciplina dura) o sean invitados a contribuir a un blog como NadaEsGratis, cuyo objetivo declarado es

promover el análisis y el comentario de prestigiosos investigadores económicos acerca de los principales problemas a los que se enfrenta la sociedad actual, con especial atención a España.

Diría muy mal de la física española que un terraplanista fuese catedrático de astronomía de una universidad española, aunque fuese de provincias. Diría aún peor de alguna publicación del ramo que lo invitasen a colaborar en ella.

Pero, ¿es el marxismo equiparable al terraplanismo? Salvando las distancias —o, más bien, los tiempos— sí. El terraplanismo es una teoría que plantea una tesis testable: que la tierra es plana. Se demuestra —se observa directamente, incluso— que no y el terraplanismo se descarta. El marxismo es algo más complejo porque se trata de una madeja de hipótesis testables entreverada de material meramente ideológico. Pero los llamados marxistas analíticos se han dedicado históricamente a separar lo que es pura ideología de aquellas afirmaciones positivas de las que se compone el marxismo y a analizar críticamente las últimas.

Tiene Joseph Heath una entrada en su blog, Key stages in the decline of academic Marxism que da cuenta de los motivos por los que hoy en día ya no quedan prácticamente marxistas en la filosofía académica. Los principales son:

  • Que la teoría del valor-trabajo fue desacreditada por la economía neoclásica.
  • Que teoría de la crisis fue superada por la teoría keynesiana del ciclo económico.
  • Que la idea de la sociedad post-escasez fue desacreditada por la teoría de la clase ociosa de Thorstein Veblen.
  • Que en lo relativo al debate sobre el cálculo socialista, se demostró que los mercados son más eficientes que la planificación centralizada para determinar los precios.
  • Que el materialismo histórico no pudo explicar la importancia del nacionalismo y la tecnología militar.

Al que podrían añadirse algunos más de otras fuentes. Por ejemplo, Jon Elster desmonta el funcionalismo de Marx —p.e., que los empresarios, por el hecho de serlo, actúan al compás, como un bloque coordinado— utilizando otra subdisciplina de la economía (con perdón de los matemáticos): la teoría de juegos.

De los puntos anteriores, cuatro son esencialmente de naturaleza económica. Si hasta los filósofos han dejado ya no solo de ser marxistas sino de, incluso, prestar atención a Marx, ¿cómo es que, precisamente de entre todas las demás disciplinas académicas, haya aún economistas marxistas? ¿Cómo puede ser que, además, se les dé el micrófono de una cátedra y espacio en un blog que aspira a la excelencia? Que existiesen matemáticos, químicos o informáticos marxistas podría llegar a entenderse; pero, ¿economistas?

Así que chau, NadaEsGratis. Tengo mejores usos para mi tiempo que seguir leyéndoos.