Economía

Cortos

I. Sabine Hossenfelder explicando por qué abandonó la academia (en este vídeo). Merece especial atención el contraste entre la visión externa, idealizada del proceso de la investigación científica con el interno e institucional. Me hizo recordar a muchas cosas que gente como Gustavo Bueno o Bruno Latour han escrito al respecto. Dos comentarios adicionales: La chavalada —tan expuesta a la interpretación romántica de la cosa, tal como se difunde por doquier— debería ver el vídeo.

Cortos

I. Mujeres, STEM, matemáticas, y todos los problemas sociales concomintantes, discutidos aquí. II. Sobre si la bidenomics funciona o no, dice Tyler Cowen que: El mayor problema es que aún no está claro si estas inversiones van a ser rentables. Se están financiando con préstamos, no con subidas de impuestos o recortes en otras partidas. Siempre se puede aumentar los salarios y el empleo a corto plazo mediante inversiones financiadas con dinero prestado.

El fraude como equilibrio

La primera y más importante lección que puede extraerse sobre este largo artículo sobre el fraude es que es un equilibrio. Por un lado, el fraude supone un coste para las sociedades donde ocurre. Pero luchar contra él también tiene un coste. Uno espera encontrar un equilibrio entre el uno y el otro, aunque hay sectores —famosamente, el de la normativa bancaria contra el lavado de dinero— donde el coste de las medidas supera ampliamente el potencial beneficio.

Así se les pone precio a las cosas que importan

Extraigo, traduzco y subrayo de The Economist: El motivo del cambio [en la política medioambiental] es un nuevo procedimiento de cálculo del coste social del carbono con el que se intenta valorar el daño causado por una tonelada adicional de CO2. Este número es crucial: una cifra baja complicaría la justificación de normas más estrictas, mientras que una cifra alta significa que las nuevas restricciones podrían superar más fácilmente los análisis coste-beneficio y, por lo tanto, acabar siendo aprobadas.

La paradoja de la popularidad de las "autoinstalaciones" energéticas

Es paradójico que las autoinstalaciones —de paneles solares, de baterías, etc.— no sean excepcionalísimas. Desde luego, no se entienden desde primeros principios. Los primeros principios nos dicen que de haber 1000 personas con 10000 euros cada una y se dan las opciones cada una usa los 10000 euros en realizar una autoinstalación energética en su vivienda (paneles solares con o sin baterías) vs juntan esos 10 millones de euros y construyen un parque solar (con o sin baterías) entonces, la segunda tiene mucho más sentido económico.

Las subvenciones: el modelo

Se puede pensar en una empresa como en un conjunto de personas sentadas alrededor de un montón de dinero. Las personas van tomando dinero del montón —nóminas, bonus, dividendos, etc.— y con él pagan sus casas, sus coches, el colegio de sus niños, etc. Desafortunadamente, el dinero del montón se va consumiendo. Así que las personas que vivían felices simplemente agarrando fajos de billetes, se ven en la penosa y tediosa tesitura de pensar cómo añadir más dinero al menguante montón.

¿El día del cambio de proveedor de servicios?

Antaño, el calendario marcaba determinados festivos asociados a celebraciones diversas en los que, en algunos casos, se determinaban determinadas liturgias. Muchos de esos festivos estaban asociados a fenómenos relativos al ciclo de las cosechas, a la vida económica de entonces. En ocasiones se revestían de significado religioso; en otras no —o no tanto—. Aún se celebran hoy, aunque la vida moderna haya convertido en irrelevante su intención última: cosechas, vendimias, solsticios,… ¡tanto da!

El aborto en 2222

Si algo sabemos de las reglas morales es que varían en el tiempo. Se puede aventurar —aunque la relación exacta merece un análisis más detallado— que responden a las condiciones materiales de cada época. Por supuesto, con sus crisis de aclimatación. Que el aborto sea un derecho reconocido —manifestación legal de un estado de opinión moral preponderante— responde a las circunstancias materiales muy concretas del mundo que vivimos. No lo fue, sin embargo, del que ya no existe y, argumento debajo, no lo será de uno futuro muy plausible.

El futuro del trabajo

Permítaseme esta entrada especulativa sobre el futuro del trabajo. Lo que argumentaré: El problema del desempleo dejará de serlo pronto. Pero tendremos muchos trabajadores pobres. Obdulio, en los 60, se aferraba como una lapa a la clase media. Estaba pluriempleado, cosido a letras y mantenía, además de la suya, cinco bocas: las de su esposa, sus tres churrumbeles y su mamá política, recientemente enviudada. En su hogar, cada trabajador soportaba cinco inactivos que comían todos los días.

Los tres estados hogaño

Nota previa: El tercer estado de los libros es esto. Un modelo simple para entender cómo se organiza el mundo de la política hoy en día es razonar en términos de los tres estados contemporáneo. Que a falta de otra denominación tan breve y descriptiva como la que ofrezco llamaré de los productores, los burócratas, y,… ¿cómo llamaría al tercero? La verdad, solo se me ocurre parásitos y no me atrevo a usar el término por lo de potencialmente deshumanizante de la metáfora.

La riqueza con adjetivo no es riqueza

La palabra riqueza, acompañada de un adjetivo, deja de ser riqueza, pierde su sentido literal. Lo cual no es nuevo: ocurre en cierto modo con todo uso metafórico del lenguaje. Pero, me temo, demasiada gente lo toma demasiado al pie de la letra. Espero que nos demos cuenta de ello antes de que echemos mano a la nevera y esté vacía.

¿Por qué la regulación favorece sistemáticamente al "incumbente"?

Es muy recomendable ver Regulation is the Friend of the Incumbent. En esa charla, Bill Gurley ofrece cierta —porque no deja de ser personal o subjetiva más que sistemática— de a quién favorece la regulación: al incumbente, al que está. Pero no nos dice por qué, siendo como es tan sencillo de explicar. Imaginemos que se reparte una herencia. Hay cinco herederos pero los las gestiones y los detalles últimos del reparto las realizan dos de ellos exclusivamente.

Lecciones sobre una teoría trucha de la inflación

Hay una teoría trucha sobre las causas de inflación —y también sobre los ciclos económicos— que la asocian a cambios de preferencias por parte de la población. La califico de trucha por varios motivos: no está generalmente aceptada por el consenso de los economistas y ni explica ni puede explicar ciertos y muy destacados episodios inflacionarios (e hiperinflacionarios). Pero que, sin duda, explica parte del que vivimos actualmente. La idea básica es que un cambio drástico en las preferencias de los consumidores pueden dar lugar a tensiones inflacionarias.