Comentarios acerca de una entrada sobre la relación entre el PIB y el gasto militar
La motivación para escribir esta entrada es esta otra sobre el papel del gasto militar en el PIB. Tiene un argumento algo estrambótico: que incluir el gasto militar en el cálculo del PIB es, de alguna manera, sumarlo dos veces, bajo la cuestionable premisa de que el gasto militar es un insumo del resto de las industrias del país.
Pero no quiero discutir eso sino otra cosa.
Quiero escribir que el concepto del PIB coincide con el nacimiento de la estadística como disciplina. Aunque el término pudiera tener origen italiano, los estudiosos tienden a coincidir en que se popularizó en Alemania en el siglo XVIII. En esa época, en las distintas entidades políticas que devendrían Alemania un día, se editaron muchos volúmenes que incluían el término “estadística” en el título y que, esencialmente, contenían cálculos del PIB. Traían tablas que indicaban el número de caballos, la producción de metales, patatas, etc. de las distintas divisiones administrativas y tenían un claro objetivo militar: dotar a los políticos de información sobre la disponibilidad potencial de recursos militares en caso —frecuentemente materializado— de guerra.
Con el tiempo, el concepto de PIB se fue ampliando y adquiriendo importancia y significados más allá del militar: se quería medir el bienestar, comparar unas naciones con otras, evaluar políticas económicas, etc. El PIB incluye actualmente el gasto en cosas como drogas ilegales. Incluye también como una de sus partidas más importantes el alquiler imputado que (no) pagan los propietarios de una vivienda por su disfrute. El motivo es que dado que los alquileres forman parte del PIB —es consumo final de las familias que alquilan—, habría distorsiones serias en el PIB per cápita entre países solo debidas al distinto porcentaje de propietarios vs inquilinos entre países. Lo mismo podría argumentarse de las tortillas que uno se cocina en casa dado que en algunas las prepara una empleada que cobra un sueldo y que computa en el PIB. Aún no lo hace, pero algún día lo hará. Estirando el caso hasta extremos escatológicos, algún día computará, incluso, limpiarse el culo.
Pero puede que algún día vuelva la guerra, rebusquen los políticos en el PIB medios para sostenerla y, en lugar de balas y navíos, solo encuentren Mistol y cocaína.