Sobre los "nudges"

Recopilo aquí una serie de ideas sobre los llamados nudges —a veces traducidos al español como empujoncitos— que he recopilado de diversas fuentes.

En primer lugar, una definición tomada de On the Supposed Evidence for Libertarian Paternalism, según la cual, un nudge es:

Un conjunto de intervenciones para corregir los sesgos estables de las personas explotándolos para modificar sus decisiones hacia las que tomarían ellos mismos de ser racionales.

Esa definición es demasiado amplia y podría incluir, por ejemplo, el código de circulación. Lo que caracteriza a los nudges como intervenciones es que:

  • No ofrecen incentivos para modificar las decisiones. En ese sentido, se alejan de la teoría económica clásica y de toda presunción de análisis coste-beneficio por parte de los sujetos del nudge.
  • La fuerza o coacción, que es, en última instancia, la razón de ser del estado y de su particularísima posición en el entramado social.
  • La educación de los sujetos.

En el fondo, así visto, un nudge no es otra cosa que lo que el sector privado lleva haciendo desde que el mundo es mundo: la publicidad, la organización de los productos en las estanterías de los supermercados, la ubicación de las tiendas, etc., podrían ser categorizadas, en el fondo, nudges. Solo en contados casos el sector privado ofrece algún tipo de incentivo —ofertas, cupones, degustaciones gratuitas, etc.— o de educación, pero en ningún caso fuerza.

Lo novedoso de los nudges tal como se entienden hoy en día es que se postulan como una herramienta en manos del estado —y no del sector privado—. Lo cual motiva una serie de preguntas —sea mías, sean de otros— que me limitaré a plantear:

  • ¿Es moral que el estado intervenga a través de nudges sin educar?
  • Relacionado con lo anterior, ¿sabe el estado qué es mejor para la ciudadanía como para orquestar un sistema de nudges?
  • ¿Saben los estados crear sistemas de nudges que funcionen de acuerdo con lo esperado?
  • El que los estados se planteen o estudien sistemas de nudges, ¿es un síntoma de intromisión de estos en la esfera de lo que debería gestionarse desde el sector privado?

El desarrollo de cada una de estas preguntas plantearía, como poco, una entrada del tamaño de estas. Pero en esta ocasión me interesa más plantearlas que intentar resolverlas.