Epistemología

Impuestos y emigración

Recientemente, me he visto obligado a familiarizarme ex nihilo con ciertos conceptos técnicos. El texto propuesto para aprenderlos era igualmente técnico: una secuencia de proposiciones, demostraciones y ejemplos. No ha habido forma de avanzar significativamente en el material hasta que no he indagado en el desarrollo histórico del asunto. A partir de entonces, ¡claridad absoluta! (Por si a alguien le sirve de algo.)

¿Acierta (y dónde) la futurología?

Existe un debate sobre cuánto y cómo acertaron las predicciones que se hicieron en décadas pasadas —léase, Asimov, etc.— sobre el mundo de hoy en día. Uno puede leer, por ejemplo, The Track Record of Futurists Seems … Fine, donde se defiende su éxito relativo. J. Storrs Hall tiene un libro, Where Is My Flying Car?: A Memoir of Future Past en el que se examina la cuestión más extensa y sistemáticamente y se llega a una conclusión similar, pero en la que se adivina un patrón que ayuda a distinguir las predicciones que llegaron a materializarse y las que no —así como las que quedaron muy cortas—: su dependencia en el uso de energía.

Tiene que ser muy barato comprar la opiníón de los medios de comunicación, así que...

Hace años tuve ocasión de hablar con una señora de ya cierta edad que me contaba cómo uno de sus primeros trabajos, en la época de la transición, había consistido en emitir cheques con los que el gobierno de España pagaba a articulistas extranjeros cuyas piezas convenían resultaban convenientes a sus intereses. Desde entonces he permanecido alerta a indicios de que lo que leo en la sección internacional —particularmente en ella— pueda ser un publirreportaje de parte.

¿Podemos fiarnos de la opinión de los "expertos"? Una generalización del principio de Goodhart

Trajo Scott Alexander una entrada en su blog, WebMD, And The Tragedy Of Legible Expertise que resumo y reinterpreto aquí y que, también, invito a consultar por lo relevantes que son los ejemplos y casos de aplicación que discute y que aquí omito. En el fondo, trata sobre cómo de fiable es la opinión de los expertos y, en particular, los expertos oficialmente designados como tales; p.e., las autoridades sanitarias como Fernando Simón en su día.

Conceptos como agrupaciones de correlaciones útiles

Recojo aquí, movido por interés principalmente (auto) mnemotécnico, una idea que expone Scott Alexander en We’re Not Platonists, We’ve Just Learned The Bitter Lesson. En su argumentación, que no viene al caso, habla de cómo entender los conceptos, en qué consisten por ejemplo, la inteligencia, la fuerza, la valentía, etc. (Y no sé hasta dónde se puede llegar con su argumento: todavía no he pensado la cuestión suficientemente como para tener claro si se puede extender a triángulo, Venus o gripe.

Más sobre el terraplanismo

Hay cosas que están en escala humana. Para entender las cosas en escala humana no hace falta sino un poquitín de sentido común. No tienen mucho misterio. Las ciencias estudian objetos y fenómenos que no están en escala humana: bacterias, planetas, sociedades, etc. Lo hacen creando herramientas y dispositivos que reescalan esos fenómenos a nuestra propia medida. El bosón de Higgs es minúsculo, pero para probar su existencia se hizo pública esta imagen:

¿Qué nos enseña la educación formal?

¿Qué cosa nos enseña realmente la educación formal? ¿Conocimientos objetivos? Sin duda, pero, ¿son realmente útiles en la carrera profesional de los más? ¿A pensar? Que es lo que se suele contraargumentar. El término técnico en inglés para aprender a pensar es transfer in learning y aunque sea un objetivo declarado de los programas educativos, no está para nada claro que se alcance de manera generalizada. Preguntado al respecto, el gran resumidor de información que es ChatGTP dice:

Regresiones mentales

Dice Tyler Cowen aquí (a cuenta de algo que no viene al caso): It is better to simply file the data point away and add it to your mental regressions, but not right now to get too emotional or condemnatory about it. Esa frase resume toda una teoría —¡y una praxis!— sobre el conocimiento: Observas un hecho concreto. Modificas adecuadamente tu modelo del mundo. Necesariamente y dada la poca información que aporta un único dato, esta modificación nunca podrá ser sustancial.

Inversión "en valor" vs "indexada": una generalización

Esta entrada tiene dos partes. Una, la primera, dedicada a la tensión entre las llamadas inversión en valor e indexada en finanzas. Se presenta como motivación a otra, posterior, que la utiliza como analogía para extenderla a otros ámbitos. Existen dos grandes estrategias de inversión: la inversión en valor y la indexada. La primera consiste en estudiar minuciosamente un pequeño grupo de compañías e invertir —o desinvertir— en ellas de acuerdo con su desempeño.

¿Cómo (no) evaluar una heurística?

Esta breve entrada continua y remata la de la semana pasada. Allí discutía como la racionalidad de una heurística —incluyendo las ideologías y sin entrar a evaluar qué es racional— no puede ser nunca el criterio de bondad. Entonces, ¿qué hace buena a una determinada heurística? Podría resumir aquí la discusión de Gigerenzer sobre cómo los beisbolistas atrapan las pelotas, pero el lector interesado lo puede consultar por su cuenta —se le recomienda encarecidamente— en A Simple Heuristic Successfully Used by Humans, Animals, and Machines: The Story of the RAF and Luftwaffe, Hawks and Ducks, Dogs and Frisbees, Baseball Outfielders and Sidewinder Missiles—Oh My!

¿Se puede ser (siempre) racional?

Esta es una entrada breve —que probablemente continuaré con otra igualmente breve— acerca de si podemos o no ser siempre racionales. Está lejanamente motivada, como tantas otras, por una discusión en Twitter en la que alguien afeaba a otro no saber fundamentar racionalmente la ideología de la que hacía gala. Uno de los grandes temas de este blog es el de la interpretación de la ideología como una heurística: a falta de mayor formación e información acerca de un asunto, uno puede tirar de ideario.

Asuntos importantes

Scott Sumner publicó recientemente una lista de los que considera los (¿sus?) asuntos más imporantantes. Uno puede estar o no de acuerdo con todos (o ninguno) o el orden particular en que se muestran. Pero eso es secundario. Lo innegable, en todo caso, es que estamos sometidos a un bombardeo constante de noticias sobre asuntos de relevancia menor que nos hacen perder tiempo. Explicitar una lista de temas importantes, identificar las fuentes de información más pertinentes al respecto y profundizar en sus complejidades es usar el tiempo mucho más efectivamente.

Expertos no bayesianos

La versión pop del teorema de Bernstein-von Mises viene a decir que dos sujetos racionales que miran los mismos datos acabarán teniendo opiniones similares. Un poco más concretamente, que al acumularse la evidencia común, sus posterioris tenerán a converger independientemente de sus prioris de partida (de cumplir ciertas condiciones mínimas de regularidad). En el debate de estos tiempos sobre el mercado eléctrico (y, más en general, el energético) observamos operar a ciertos sujetos —expertos— que estando expuestos a la misma y abundantísima evidencia —datos de producción, consumo, etc.