Spiegelhalter sobre beber vs conducir: una puntualización

Hace unos años, un estudio extenso sobre los riesgos del consumo de alcohol, fue recogido en los medios con titulares alarmando sobre cómo incluso consumos minúsculos representan un riesgo para la salud. No es sitio este para entrar en la forma y en el fondo del debate. Solo quiero analizar bajo la perspectiva propia de estas páginas unas declaraciones de David Spielgelhalter al respecto recogidas en No safe level of alcohol consumption, major study concludes. En dicho artículo afirma que (con mi traducción):

Alegar que no hay un nivel seguro [de consumo de alcohol] no parece un argumento a favor de la abstinencia. No hay un nivel seguro de conducción de vehículos, pero el gobierno no recomienda a la gente no conducir. Si piensas en ello, no hay un nivel seguro de vivir; pero nadie sugeriría abstenerse de ello.

Aquí construye Spiegelhalter un argumento ingenioso y, he de reconocerlo, en una dirección afín a mis preferencias personales; pero, a la vez, engañoso porque solo presta atención al debe de las distintas actividades obviando el haber.

Una actividad tan peligrosa como conducir estaría plusquamprohibida si no fuese por los grandes beneficios que reporta a quienes lo hacen —en particular— y a la sociedad —en general— el poderse desplazar más o menos libremente por motivos de trabajo, ocio, etc. Lo que sí que hacen las autoridades es regular la actividad de mil maneras para reducir el riesgo que supone conducir tanto para el conductor como para terceros (véase Las vacunas: ¿es legítimo imponer riesgos sobre los demás? para una discusión al respecto).

¿Qué no, pues, decir de vivir? Pero podríamos hablar de otras actividades como poseer explosivos o armas de guerra, cuyo riesgo no está compensando por ningún tipo de utilidad —ni personal ni social— razonable, confesable o legítima y que están —muchos estamos convencidos de ello— justamente hiperreguladas cuando no directamente prohibidas.

Para que el argumento de Spiegelhalter cobrase la fuerza que se espera de él habría que especificar cuáles son los beneficios que aporta el consumo moderado de alcohol y ver si compensan o no los riesgos que suponen.

Pero como este no es el sitio idóneo para dirimir la cuestión y con plantearla se da por satisfecho el autor, aquí la termina.