Tecnología

Todo está en los libros, pero algunos quieren que solo esté en ellos

Japón se desarrolló muy rápidamente a partir de 1870. Alex Tabarrok estudia aquí una cuestión que bien pudo ayudar a tal desarrollo: el increíble esfuerzo de traducción (al japonés) de libros técnicos en ese periodo, ilustrado en el siguiente gráfico:

Aborto

El otro día le preguntaba a un LLM (de hecho, a una colección de ellos, incluidos algunos anónimos a través de LM Arena), dónde podía haber leído yo una determinada anécdota relacionada con R. Feynman. En mi query, describía la anécdota con detalle y les preguntaba por su posible origen. Uno de ellos resolvió concluyentemente que estaba en el capítulo 13 de Surely You’re Joking, Mr. Feynman!, pero no, no estaba allí. Otros me sugirieron algunas otras fuentes, pero todas en vano. Al final, admitieron que la anécdota era muy Feynman, pero que no tenían ni idea de dónde podía haber salido.

El problema de las soluciones sin problema (y II)

La entrada homónima de la semana pasada ha devenido serie tras leer Is Science a Public Good?, que ChatGPT y yo resumimos así:

  • La ciencia se considera a menudo un bien público, pero su difusión y uso en la economía es problemática: las ideas no siempre son fácil ni directamente utilizables y cuesta que sean absorbidas por las empresas.
  • El debate sobre si la ciencia es un bien público tiene importantes implicaciones políticas:
    • Si la ciencia es un bien público, los subsidios a las universidades son cruciales para estimular la I+D y el crecimiento económico.
    • Por el contrario, si el beneficio de las ideas está estrechamente ligada a su aplicación, un exceso de financiación pública en la investigación universitaria podría obstaculizar el crecimiento económico. En particular, que los científicos trabajen en las universidades en lugar de en las empresas afectar a la productividad.
  • La expansión de las universidades y la ciencia gubernamental ha coincidido con una desaceleración de la productividad. La evidencia empírica sugiere que los motivos son:
    • El movimiento de talento fuera de las empresas hacia las universidades.
    • La reducción de la capacidad de las empresas para generar ideas y adoptar innovaciones académicas.

El vínculo con la entrada anterior es evidente: mucha de la investigación pública produce soluciones, cantidades industriales de ellas. Solo que da la impresión de que no se tiene muy claro de qué problemas reales.

El problema de las soluciones sin problema

Lo normal es que exista o aparezca un problema y que se le busque una solución. En el mundo de la tecnología, de vez en cuando, sucede lo contrario: aparece una solución y el problema consiste en encontrar un problema que resuelva.

(El motivo pudiera ser que la tecnología es tan barata que permite implementar cualquier ocurrencia. Además de que algunas de estas soluciones con problema han acabado encontrándolo y haciendo de oro a sus promotores e inversores.)

"Diversidad" en la tecnología: un modelo hipotético

Hoy quiero comentar un modelo hipotético que podría explicar la evidencia anecdótica que se me muestra al examinar el asunto de la diversidad en el campo de la tecnología. No es un modelo que defienda ni deje de defender hasta poder contrastarlo —¿lo habrá hecho ya alguien?— con datos amplios y representativos y herramientas analíticas sólidas.

El modelo es, resumido, el siguiente:

  • Los proyectos de tecnología son iniciados —piénsese: en garajes— por individuos que, mirados en su conjunto, parecen tener una varianza mínima en las coordenadas que actualmente definen eso que llamamos diversidad.
  • El 99% de esos proyectos nunca despiertan el interés de terceros y pierden, incluso, el de sus incoadores.
  • El 99% del 1% restante tienen un éxito relativo y atraen el interés —¿de qué tipo?— de otros sujetos igualmente indiversos. Son aficionados que colaboran en el proyecto, sea como desarrolladores o usuarios, sin ninguna expectativa concreta; en particular, sin esperar ningún tipo de gratificación económica.
  • Pero detrás del 1% del 1% de los proyectos iniciales existe una recompensa pecuniaria: son adoptados por empresas y otras organizaciones, se organizan congresos, se expiden certificaciones, se mencionan en ofertas de trabajo. Y es entonces que sujetos diversos se autoperciben infrarrepresentados en ese particular proyecto y urden para obtener una representación en él.

Evidencia, como afirmo más arriba, solo anecdótica.