Implicacines de que el "software" constituya un "ecosistema" y cinco asuntos más

I.

No me gusta Un régimen jurídico para los datos que tenga en cuenta que, como ocurre con las ideas, no hay rivalidad en su consumo sobre lo que su largo título indica porque mezla de manera oscura rivalidad y posibilidad de excluir en la definición de bien público. De hecho, los datos, en principio, admiten la posibilidad de uso exclusivo. Se parecen más a una piscina, que no tiene rivalidad de uso, pero sí posibilidad de excluir a los usuarios que no paguen una entrada.

Economía y política: dos pares de ejes oblicuos

Discuto hoy otro modelo mental para entender multitud de textos en los que se expone un conflicto entre economía y política. Lo hago en función de dos ejes oblicuos (donde por oblicuo entiendo que no son ortogonales, sino que guardan una cierta correlación).

I. Eje “trade offs” vs eje “equilibrio de poderes”

La economía versa sobre trade-offs: estamos condenados a utilizar bienes escasos y lo que se dedica X no está disponible para Y. La política, en cambio, está más preocupada por los equilibrios de poder entre distintas partes. En ocasiones —recuérdese su carácter oblicuo– ambas perspectivas conducen a una misma solución. Pero en las verdaderamente problemáticas, no.

¿Hemos olvidado de cómo construir (viviendas)?

Unas cuantas noticias de antes de 2008:

Un par de noticias recientes:

Eso necesita ser explicado (y, desde luego, el problema no parece ser tecnológico).

Sobre los gustos culturales de la derecha y cuatro asuntos más

I.

Aquí se argumenta sobre el mal gusto (cultural, especialmente) de la derecha.

II.

Lo mejor —y, en particular, lo más útil— que he leído jamás sobre la risa es lo que trae The Elephant In The Brain al respecto. Pero ahora hay más aquí.

III.

Me encantan los comentarios de John Cochrane. A la pregunta

Permitir que las empresas cotizadas presenten resultados anualmente y no trimestralmente hará que los ejecutivos presten más atención a los efectos a largo plazo de sus decisiones.

¿Quién (qué) pagará nuestras pensiones? Si acaso, el capital humano

El lector habrá encontrado escrita por ahí frases diciendo que estos o aquellos serán quienes paguen nuestras pensiones en el futuro. Sin embargo:

  • Lo que pagará nuestras pensiones es el capital humano que seamos capaces de poner a producir.
  • El capital humano está embebido en seres humanos, sí.
  • Pero no es realista llevar la contabilidad del capital humano contando cabezas.
  • Aunque, concedido, es muchísimo más fácil usar este proxy que agarrar el toro por los cuernos.

España, en los últimos tiempos, es un país con un flujo migratorio positivo. Pero, ¿cambiaría la cosa si llevásemos la cuenta del capital humano en lugar del de personas?

Algunas ideas sueltas sobre economía

I.

Sabine Hossenfelder encuentra algo positivo que decir sobre el capitalismo. Que no es algo habitual para una científica. De hecho, después de este vídeo tuvo que explicarse y requeteexmplicarse hasta la saciedad porque para ciertas capas sociales de las que se espera más, el asunto es tabú.

II.

Este artículo de The Economist habla sobre cómo gastan el dinero las nuevas generaciones, de su supuesta búsqueda de la autenticidad y su declarado respeto por los valores y el medio ambiente. Luego, sus dos últimos párrafos tratan sobre las preferencias reveladas (es decir, lo que sobre lo que sus valores nos cuenta su consumo realmente existente).

Medios antilombriz

Cultivo lombrices en casa —capturé unos cuantos ejemplares en la orilla del río— con la esperanza vagamente inspirada en conocimiento científico de que, en el momento en que se afiance y crezca la colonia, me ayuden a transformar basura en suelo rico para las macetas.

Hay medios (de comunicación) que funcional al revés: transforman información rica pero que no puede ser adecuadamente procesada por el ciudadano del percentil 60-70 para abajo, en basura informativa fácilmente asimilable. Podríamos considerarlos males necesarios para que la democracia opere de manera mínimamente popperiana.

Arte y cultura contemporáneos y cuatro asuntos más

I.

No lo puede escribir mejor The Economist aquí:

Los artistas que repudian el apoyo de sujetos como Baillie Gifford tienen concepciones ingenuas sobre el poder e infantiles sobre la moral. Si lo que anhelan es la pureza, están en el negocio equivocado.

II.

Sobre la eficacia de los confinamientos (y medidas similares) durante la pandemia: una visión estatista y otra que no es.

III.

Escribe John Cochrane (aquí):

Un último argumento a favor de la IA. Las tasas de natalidad se están desplomando. Quizás las personas artificiales estén llegando justo a tiempo. […] podríamos obtener los beneficios ambientales de tener menos personas con los beneficios económicos de tener más.

Sobre el papel del azar en el comportamiento ético y algunos otros asuntos más

I.

Sabine Hossenfelder da en Why Bitcoin Mining is Good for the Environment – And why it isn’t una serie de argumentos por los que el Bitcoin pudiera no ser tan malo en algunos casos. El resumen es:

  • Hay lugares alejados en los que sobra energía.
  • Por estar alejados, no es factible exportar esa energía.
  • Pero sí que podría usarse para minar bitcoins (que se transportan muy fácilmente) y aprovecharla.

Puede ser, pero ¿seguro que es el bitcoin el único uso que se le puede dar a esa energía? En una zona habitada, la energía tiene muchos usos potenciales y minar bitcoins es uno de los menos rentables: queda desplazado por otros. En esos lugares remotos, el número de usos potenciales de la energía es más reducido y el bitcoin podría ser competitivo frente a otros. Pero hace mal Sabine en no plantear que el bitcoin podría ser un second, third, o fourth best en muchos casos.

Mercados de predicciones: ¿sí o no?

Tiene Scott Alexander un promptuario de sobre mercados de apuestas en el que:

  • Se declara partidario entusiasta de su uso.
  • Explica por qué son útiles: p.e., un periodista, en lugar de decir que “se cree que pasará X” puede escribir “la probabilidad de que ocurra X es del Y% según tal mercado de apuestas”, enriqueciendo el debate público.
  • Sostiene y justifica que funcionan mejor que las opiniones de los expertos.
  • Sostiene y justifica que no pueden ser (fácilmente) manipulados (en la práctica).
  • Plantea un análisis coste-beneficio más o menos implícito de de su uso.
  • Critica agriamente el afán de los reguladores estadounidenses por prohibirlos.
  • Explica, además, qué opciones existen para participar en ellos.

Por su lado, Nick Whitaker y J. Zachary Mazlish alegan:

Sobre el control de alquileres y cuatro asuntos más

I.

Trae (¡trajo!) The Economist un muy buen artículo sobre el estado actual de lo que se llamó el estado del bienestar. Es corto y merece ser leído íntegramente.

II.

Mucha de la gente que se mofa de los terraplanistas es luego partidaria del control del precio de los alquileres. Para esa pardójica intersección, tres enlaces:

III.

Antonio Cabrales habla aquí sobre la libertad de salarios de los profesores, descubre efectos positivos de esa política en algunos estudios de EEUU y se ve obligado a disculparse como una beatona:

Las pensiones de jubilación, insuficientemente explicadas a los jóvenes

Trae NadaEsGratis, el muy revelador blog sobre el estado de la economía académica en España, un artículo mal titulado Las pensiones de jubilación explicadas a los jóvenes en el que trata de explicar en términos sencillitos, cómo funciona eso de las pensiones de jubilación.

La RAE define entinema así:

Silogismo abreviado que, por sobrentenderse una de las premisas, solo consta de dos proposiciones, que se llaman antecedente y consiguiente; p. ej., el sol alumbra, luego es de día.

Sobre la financiación de la Gran Exposición de 1851 y cuatro asuntos más

I.

Este es un artículo muy mejorable en defensa de lo que llama lenguaje técnico (en derecho y, en particular, en las sentencias). Argumenta alrededor de un hombre de paja: 1) que el lenguaje técnico es uno en el que se usan términos técnicos y 2) que la complejidad del lenguaje en las sentencias es producto de usar lenguaje técnico.

Puede engañar a su público, sobre todo al que ya esté convencido de antemano. Pero todos deberíamos tener intuiciones más próximas a la verdad sobre cuáles son las fuentes de la complejidad en el lenguaje y conocimiento de esta última sin más que escribir en la ventanita correspondiente del navegador algo así como cuantification of language complexity.