Economía

Comentarios acerca de una entrada sobre la relación entre el PIB y el gasto militar

La motivación para escribir esta entrada es esta otra sobre el papel del gasto militar en el PIB. Tiene un argumento algo estrambótico: que incluir el gasto militar en el cálculo del PIB es, de alguna manera, sumarlo dos veces, bajo la cuestionable premisa de que el gasto militar es un insumo del resto de las industrias del país.

Pero no quiero discutir eso sino otra cosa.

Quiero escribir que el concepto del PIB coincide con el nacimiento de la estadística como disciplina. Aunque el término pudiera tener origen italiano, los estudiosos tienden a coincidir en que se popularizó en Alemania en el siglo XVIII. En esa época, en las distintas entidades políticas que devendrían Alemania un día, se editaron muchos volúmenes que incluían el término “estadística” en el título y que, esencialmente, contenían cálculos del PIB. Traían tablas que indicaban el número de caballos, la producción de metales, patatas, etc. de las distintas divisiones administrativas y tenían un claro objetivo militar: dotar a los políticos de información sobre la disponibilidad potencial de recursos militares en caso —frecuentemente materializado— de guerra.

Sobre técnicas de organización industrial soviéticas y algunos asuntos más

  • Manifold discute aquí el desarrollo de una serie de estructuras financieras complejas —y su inevitable colapso final— en mercados de apuestas. Muchos nuevos mercados que reimplementan de novo mecanismos bien conocidos del mundo de las finanzas acaban reproduciendo los mismos patrones que condujeron a la (¿híper-?)regulación de este último.
  • En Thomas Mann and the business cycle, Scott Sumner recurre a fragmentos de Thomas Mann para ilustrar cómo la prosperidad tiende a intensificarse justo antes del pico del ciclo económico. Incluye observaciones como la de que la tasa de desempleo promedio es igual durante las fases de crecimiento que las de decrecimiento de la economía: solo cambia la tendencia. Un sicólogo tendría que explicarnos si es más satisfactorio estar bien que estar cada vez mejor, etc.
  • Short Terms Cause Short-Term Thinking discute cómo, en los países democráticos, los periodos electorales y preelectorales son particularmente propicios para la adopción de malas políticas económicas. Termina con una frase enmarcable: que podríamos prolongar los periodos interelectorales para poder disfrutar de mejores políticas económicas and we’d all still feel like we lived in democracies.
  • En España llevamos tiempo oyendo hablar de las golden shares: eran ubicuas hace unos años, formaban parte del paisaje financiero nacional, eran business as usual Spanish style. Ahora, parece, Trump ha recurrido a las golden shares para dar por buena la adquisición de un fabricante de acero de EEUU por un competidor japonés y se ha armado un revuelo.
  • En Deport Dishwashers or Solve All Murders?, Alex Tabarrok discute la desproporción en la cantidad de fondos que destina EEUU en perseguir el crimen violento por un lado y, por el otro, en implementar la política migratoria. Diríase que en términos de prioridades caminamos cabeza abajo.
  • Los soviéticos inventaron la tecnología de grupo, una variante de técnicas de gestión de plantas industriales complejas que compitió durante un tiempo con otras como el lean manufacturing, se exportó a otros países, incluidos algunos occidentales, como Francia. Parece que el texto que ayudó a popularizarla fue el libro de Sergei P. Mitrofanov de 1959 titulado muy soviéticamente “Los principios científicos de la tecnología de grupo”.

Por qué dejé de seguir NadaEsGratis

NadaEsGratis es un blog de economía que comencé a seguir hará quince años. Ofrecía análisis mucho más profundos de los que se podían encontrar en prensa de asuntos de relevancia económica desde una óptica española. Era la época en la que escribían en él —y así los conocí— economistas de la envergadura de Jesús Fernández-Villaverde o Luis Garicano. Trataban temas duros, como la deuda, la inflación, las infraestructuras, etc. Pero, con el tiempo, fue degenerando y otros autores mucho más mediocres tomaron el relevo de los fundadores. También hubo una notable deriva en los asuntos que se trataban. En los últimos tiempos, aunque seguía suscrito a los RSS del blog, lo leía, a lo más, de reojo. Dejó de apelarme absolutamente.

Sobre cómo compensarán las empresas de IA a los productores de contenido y algunos otros asuntos más

  • En The €5 Trillion Question se discute la cuestión de la necesidad de crear un mercado de deuda soberana unificado en Europa que cuente con la liquidez suficiente como para hacerlo atractivo a los grandes agentes, así como una serie de ideas para construirlo y los problemas que plantea cada una de ellas. La fragmentación en Europa no afecta solo al tráfico de mercancías, servicios y personas sino, como se ve, también al de los mercados financieros.
  • Del mismo autor, en Learning to love Baumol se ofrece una visión mínimamente consoladora del futuro de la UE (y, particularmente, el de España). Podremos haber perdido el tren de los grandes avances tecnológicos del siglo, pero los incrementos de productividad fuera de nuestras fronteras crearán —vía el llamado efecto Baumol— incrementos salariales también aquí aunque no crezca realmente la productividad. Uno de los mecanismos transmisores será, se dice, el turismo.
  • “El fracaso no es un destino sino una elección”, cierra el artículo How golden ages really start—and end.
  • También en The Economist, How to get rich in 2025. La versión corta: heredando.
  • Y otro más de The Economist: To survive the AI age, the web needs a new business model. Por un lado tenemos a los generadores de contenido (como el mismo The Economist); por el otro, a los voraces consumidores de ello, las grandes empresas que entrenan modelos de IA. La pregunta es: ¿qué procedimiento se puede orquestar para que las unas compensen a las otras?
  • No, growing more food does not mean we always need more and more inputs Aunque normalmente se asume que para producir más alimentos hace falta incrementar insumos —como fertilizantes, pesticidas, tierras o mano de obra—, en muchos países de ingresos medios y altos esa relación se ha roto: la producción crece incluso reduciendo esos insumos.

La regulación como responsable del gran apagón y algunos otros asuntos más

Aunque las fuentes de energía renovable tienen desde hace años la capacidad tecnológica para regular el voltaje, actualmente están sujetas a una regulación que lo impide. De acuerdo con las regulaciones españolas (Real Decreto 413/2014), las plantas de energía renovable deben operar…

España no es para jóvenes y otros asuntos más

El Confidencial entrevista a Jesús Fernández Villaverde. Hablan fundamentalmente de la financiación autonómica, el asunto de su último libro, pero acaban hablando de conflictos intergeneracionales hasta el punto de que el periodista rescata la frase “Tener 40 años en España es muy malo, me sorprende el poco malestar que hay” para el titular. Otro artículo de El Confidencial, Más de mil enfermeras huyen de España en 6 meses: por qué Cris irá a EEUU y Guille se quedará en Noruega, lo explica bastante bien.

El negocio de vender aceite de palma fresco como usado y otras noticias sobre economía igualmente acatarrantes

El comentarista Dispatching from the Global South proporciona un análisis bastante completo de la cuestión que plantea Alex Tabarrok aquí. Se pide comparar la regulación italiana que exige un parte médico para ir al gimnasio o correr un maratón con la del estado de Virginia que obliga a revisar el coche anualmente para poder conducirlo.

Hannah Ritchie tiene un blog, Sustainability by numbers, en el que hace lo que se espera de su nombre. Dos de las últimas entradas que he leído prestan atención a la cantidad de comida que se produce (cada vez más, a pesar de los estragos que dizque acarrea el cambio climático que vivimos) y la cantidad de gente que muere por desastres naturales, sin un patrón claro si se obvian los terremotos.

Deseo mimético, chivo expiatorio y... vivienda

A ese tal Girard se lo conoce por dos teorías: la del deseo mimético y la del chivo expiatorio. Me costó unos cuantos tokens llegar a entender la pretendida relación causa-efecto entre ambas. Me molestaba, además, la presunta necesidad y ubicuidad de estos patrones de comportamiento social a lo largo del espacio y el tiempo.

Dediqué unos minutos a buscar contraejemplos, pensé en todo lo que se cuenta acerca del mercado de la vivienda en España (y algunos otros países de los que nos llegan noticias) y se acrecentó mi simpatía por ese tal Girard.

Sobre el exceso de independencia de los bancos centrales y algunos asuntos más

Dos apuntes sobre los bancos centrales. El primero, de John Cochrane sobre cómo los bancos centrales pueden ser demasiado independientes. En particular, le preocupa que algunos, como el Banco Central Europeo, amparados por su independencia, estén tentados a extender su ámbito de influencia a políticas que tienen poco que ver con el control de la inflación, como la de luchar contra el cambio climático. El segundo, una curiosidad: aparentemente, el primer país en adoptar el control de la inflación como meta del banco central fue Nueva Zelanda.

¿De dónde sacan a los economistas en España?

Dudo que exista alguna disciplina de la que nadie haya recopilado alguna lista de paradojas asociadas a ella, es decir, resultados que la disciplina da por buena pero que están en conflicto con la intuición o el sentido común. Por ejemplo, en probabilidad es posible probar que en una habitación con apenas 23 personas elegidas al azar, hay una probabilidad del 50% (aproximadamente) de que dos de ellas cumplan años el mismo día.

Dos cosas que el sector público hace mal

El sector público ha asumido muchas tareas. Se percibe a menudo como ineficiente y según Joseph Heath (en el libro que comenté aquí), uno de los motivos es que asume tareas en las que es muy difícil operar eficientemente. Aún así, el sector público, con el apoyo de una parte sustancial de la ciudadanía, está incentivado a ampliar su ámbito de intervención (function creep, lo llaman en inglés). Así que no está mal recordar de vez en cuando algunas cosas que hace mal.

Acerca de las contradicciones del discurso actual sobre la vivienda y algunos asuntos más relacionados con la economía

En Vengeance is mine, Scott Sumner explicita una idea operó durante mucho tiempo como una advertencia: Trump está usando poderes que el ejecutivo de los EEUU ha ido acaparado año tras año durante décadas gracias a los esfuerzos de sus rivales políticos (que ven ahora con espanto cómo se usan contra ellos).

Las políticas de Trump han sumido el mundo en el caos, pero hay que leer a Caplan en The Invisible Crash para recordar cómo políticas mucho más perniciosas se han ido adoptando a lo largo de decenios de manera mucho más subreptica y con mejores modos. Mas no por ello han resultado más beneficiosas.

¿Cuánto deprecia un derecho el hecho de que no se pueda vender?

En el segundo tercio del siglo XIX hubo una revolución silenciosa (a ratos) en España propiciada por un hecho fundamental: la desamortización. Hasta entonces, habían existido entidades que tenían un particular derecho de propiedad sobre vastos conjuntos de bienes (tierras, edificios, etc.): los poseían pero no podían transferirlos, venderlos. Eso no solo restaba valor a su posesión sino que impedía su eficaz aprovechamiento y lastraba el desarrollo económico.

Muchos de nuestros derechos que gozamos hoy en día tienen cercenado su valor porque no son transferibles: piénsese en esos que otorga la GDPR.