Prospectiva

No necesitamos un cártel de sobres, necesitamos un monopolio de sobres

Me enteré por este artículo en Almacén de Derecho de que:

  • existió en España un cártel de fabricantes de sobres (de papel),
  • que fue denunciado por las autoridades de la competencia,
  • y que ahora una serie de afectados por el cártel, entre los que se cuentan ONGs, bancos y partidos políticos están exigiendo o obteniendo indemnizaciones.

Pero yo soy de la opinión de que en el caso de los sobres de papel, los cárteles no deberían ser perseguidos sino fomentados desde instancias públicas. Viviríamos todos mejor —tanto las personas de bien como los chopos de las riberas de los ríos— si los sobres fuesen pocos y caros.

Lo viejuno es tener una visión utópica del futuro

El otro día deduje aproximadamente la fecha en la que se publicaron los cómics de Doraemon por un detalle: su visión utópica del futuro. Doraemon es un gato-robot que viene del año 2112, un año en el que la tecnología habría avanzado asombrosamente y, como se dice, la gente comería de un jamón sentada en otro.

Ahora vemos el futuro así:

Apuntes para dos cuentos sin pretensiones

Son dos cuentos que nunca desarrollaré pero de los que quiero dejar un indicio público. Por no tener, no tienen ni título y, uno de ellos, el primero, ni argumento: se trata de un mero decorado sobre el que podrían proyectarse una comedia romántica, un drama redencionista o un thriller policíaco.

I.

En una sociedad futurista y, como se verá, distópica, se han conformado dos castas: amos y esclavos (aunque bien pudieran recibir otro nombre más eufemístico). Los amos constituyen el 80-90% de la población y viven en una despreocupada indigencia gracias a las rentas que obtienen del trabajo de los esclavos. Son seres infrahumanos que consumen sus días enredados en la marihuana, el alcohol, la videoconsola, la televisión basura y el pollo frito. Son obesos, gritones, maleducados y muy celosos de su privilegio.