Cortos

Educación en un mundo competitivo y desigual y cuatro asuntos más

I.

Es un poco extraño el parrafito

La esencia del argumento es que el estilo de crianza “óptimo” no puede entenderse sin mirar al entorno económico. En país muy desigual y donde el capital humano es esencial para el desempeño económico los padres no pueden dejar que el hijo decida por su cuenta cuánto se esfuerza. Y por eso deben influir directamente en sus acciones (lo que llaman estilo “autoritario”) o, en un país donde buena parte de la educación se recibe lejos del control parental, sobre sus preferencias (lo que llaman estilo “authoritative” y yo traduje como “persuasivo”). Solamente cuando hay poca desigualdad se pueden permitir los padres ser “permisivos” y dejar que los chicos exploren la creatividad o sus intereses amplios.

Implicacines de que el "software" constituya un "ecosistema" y cinco asuntos más

I.

No me gusta Un régimen jurídico para los datos que tenga en cuenta que, como ocurre con las ideas, no hay rivalidad en su consumo sobre lo que su largo título indica porque mezla de manera oscura rivalidad y posibilidad de excluir en la definición de bien público. De hecho, los datos, en principio, admiten la posibilidad de uso exclusivo. Se parecen más a una piscina, que no tiene rivalidad de uso, pero sí posibilidad de excluir a los usuarios que no paguen una entrada.

Sobre los gustos culturales de la derecha y cuatro asuntos más

I.

Aquí se argumenta sobre el mal gusto (cultural, especialmente) de la derecha.

II.

Lo mejor —y, en particular, lo más útil— que he leído jamás sobre la risa es lo que trae The Elephant In The Brain al respecto. Pero ahora hay más aquí.

III.

Me encantan los comentarios de John Cochrane. A la pregunta

Permitir que las empresas cotizadas presenten resultados anualmente y no trimestralmente hará que los ejecutivos presten más atención a los efectos a largo plazo de sus decisiones.

Algunas ideas sueltas sobre economía

I.

Sabine Hossenfelder encuentra algo positivo que decir sobre el capitalismo. Que no es algo habitual para una científica. De hecho, después de este vídeo tuvo que explicarse y requeteexmplicarse hasta la saciedad porque para ciertas capas sociales de las que se espera más, el asunto es tabú.

II.

Este artículo de The Economist habla sobre cómo gastan el dinero las nuevas generaciones, de su supuesta búsqueda de la autenticidad y su declarado respeto por los valores y el medio ambiente. Luego, sus dos últimos párrafos tratan sobre las preferencias reveladas (es decir, lo que sobre lo que sus valores nos cuenta su consumo realmente existente).

Arte y cultura contemporáneos y cuatro asuntos más

I.

No lo puede escribir mejor The Economist aquí:

Los artistas que repudian el apoyo de sujetos como Baillie Gifford tienen concepciones ingenuas sobre el poder e infantiles sobre la moral. Si lo que anhelan es la pureza, están en el negocio equivocado.

II.

Sobre la eficacia de los confinamientos (y medidas similares) durante la pandemia: una visión estatista y otra que no es.

III.

Escribe John Cochrane (aquí):

Un último argumento a favor de la IA. Las tasas de natalidad se están desplomando. Quizás las personas artificiales estén llegando justo a tiempo. […] podríamos obtener los beneficios ambientales de tener menos personas con los beneficios económicos de tener más.

Sobre el papel del azar en el comportamiento ético y algunos otros asuntos más

I.

Sabine Hossenfelder da en Why Bitcoin Mining is Good for the Environment – And why it isn’t una serie de argumentos por los que el Bitcoin pudiera no ser tan malo en algunos casos. El resumen es:

  • Hay lugares alejados en los que sobra energía.
  • Por estar alejados, no es factible exportar esa energía.
  • Pero sí que podría usarse para minar bitcoins (que se transportan muy fácilmente) y aprovecharla.

Puede ser, pero ¿seguro que es el bitcoin el único uso que se le puede dar a esa energía? En una zona habitada, la energía tiene muchos usos potenciales y minar bitcoins es uno de los menos rentables: queda desplazado por otros. En esos lugares remotos, el número de usos potenciales de la energía es más reducido y el bitcoin podría ser competitivo frente a otros. Pero hace mal Sabine en no plantear que el bitcoin podría ser un second, third, o fourth best en muchos casos.

Sobre el control de alquileres y cuatro asuntos más

I.

Trae (¡trajo!) The Economist un muy buen artículo sobre el estado actual de lo que se llamó el estado del bienestar. Es corto y merece ser leído íntegramente.

II.

Mucha de la gente que se mofa de los terraplanistas es luego partidaria del control del precio de los alquileres. Para esa pardójica intersección, tres enlaces:

III.

Antonio Cabrales habla aquí sobre la libertad de salarios de los profesores, descubre efectos positivos de esa política en algunos estudios de EEUU y se ve obligado a disculparse como una beatona:

Sobre la financiación de la Gran Exposición de 1851 y cuatro asuntos más

I.

Este es un artículo muy mejorable en defensa de lo que llama lenguaje técnico (en derecho y, en particular, en las sentencias). Argumenta alrededor de un hombre de paja: 1) que el lenguaje técnico es uno en el que se usan términos técnicos y 2) que la complejidad del lenguaje en las sentencias es producto de usar lenguaje técnico.

Puede engañar a su público, sobre todo al que ya esté convencido de antemano. Pero todos deberíamos tener intuiciones más próximas a la verdad sobre cuáles son las fuentes de la complejidad en el lenguaje y conocimiento de esta última sin más que escribir en la ventanita correspondiente del navegador algo así como cuantification of language complexity.

Sobre el blog de Joseph Heath y cuatro asuntos breves más

I.

Perece ser que el blog de Joseph Heath, In Due Course, vuelve a estar en línea. Jesús Alfaro tiene una serie de artículos y resúmenes sobre él listados aquí.

Con el blog de Heath, además, vuelve a estar disponible esta maravilla.

II.

El capital humano se puede escindir —al menos, teóricamente— en dos: el que es puramente económico y el que no (p.e., educación, cultura, etc.). Si uno traza dos ejes, coloca a la gente sobre ellos y luego se pregunta cosas como ¿a quién votan en cada cuadrante? obtiene resultados que se detallan aquí. Allí encontrará también

¿Qué me cuenta Vd. de España? (y cuatro historias más)

I.

Dos artículos de Alberto Olmos en El Confidencial, ambos más profundos de lo que parece, y que recogen muy bien el sentir de estas páginas sobre el asunto:

El segundo principia con tres párrafos enmarcables:

Con los años uno ha entendido que existen numerosos instrumentos creados expresamente para manipular la realidad, y que atienden a nombres un tanto confusos, pues se presentan como “documental”, “biografía”, “reportaje” e incluso “Historia”. De niño, de adolescente, no lo veíamos así. Cuando un libro decía ser la biografía de Hitler, pensaba el párvulo que ese libro era todo verdad, pues de Hitler únicamente se podía hacer una biografía, ya que sólo había vivido una vida, y bastaba con poner negro sobre blanco su peripecia. En realidad, de Hitler se pueden hacer muchas biografías y todas distintas, y alguna hasta amantísima. Cuando algo nos cuenta la verdad, esto es, cuando dice no contener ni una gota de ficción, miente por completo. Esto es rarísimo, porque nos lleva a concluir, por el extremo opuesto, que una película de ficción acaso contenga más verdad que un documental inmaculado.

Cortos

I.

Un modelo mental para explicar por qué la gente sigue confiando en los medios establecidos (como The Guardian) a pesar de su mediocridad (recuérdese el efecto Gell-Mann), extraído de aquí:

  • Hay cuatro tipos de medios:
    • Medios independientes de calidad
    • Medios independientes pésimos
    • Basura para atraer clics
    • Medios como The Guardian (o El Mundo, o…)
  • Es difícil distinguir los tres primeros entre sí.
  • Pero todo el mundo reconoce The Guardian (que, por otra parte, no te tiende a engañar demasiado)

II.

Siete opiniones basadas en la evidencia con las que concuerda Scott H. Young pero la gran masa no:

Cortos

I.

Sabine Hossenfelder explicando por qué abandonó la academia (en este vídeo). Merece especial atención el contraste entre la visión externa, idealizada del proceso de la investigación científica con el interno e institucional. Me hizo recordar a muchas cosas que gente como Gustavo Bueno o Bruno Latour han escrito al respecto.

Dos comentarios adicionales:

  • La chavalada —tan expuesta a la interpretación romántica de la cosa, tal como se difunde por doquier— debería ver el vídeo.
  • Si eso sucede en física, ¿qué no ocurrirá en economía o sociología?

II.

El esquema es sl siguiente:

Cortos

I.

Motivos para dejar de seguir la actualidad en los medios habituales:

  • No dejan de denunciar presuntos problemas sociales.
  • Presentan la intervención gubernamental como la única solución a dichos problemas.
  • Promueven el anumerismo.
  • Fomentan el sesgo de deseabilidad social.
  • Incitan el apoyo para sus propias cruzadas mediáticas.

De mi propia cosecha, añadiría (con cierto solape) que hablan de cosas que, bien mirado, no afectan para nada a la vida de uno (y, dualmente, sobre los que uno tiene muy poca palanca).