Ética

Vacunas y el dilema del tranvía

Me autocito (de aquí) a modo de introducción:

Es decir, todos tenemos intuiciones sobre qué comportamientos son correctos y la ética busca modelos que, aplicados mecánicamente a situaciones X, proporcionen respuestas morales Y compatibles con dichas intuiciones. Si uno de tales modelos es satisfactorio (p.e., el kantiano no hagas a los demás lo que no querrías que te hiciesen a ti) en un número suficiente de casos, puede proponerse como ley general con la pretensión de extenderla o extrapolarla a todos. El estudio de los edge cases, los contraejemplos, como el famoso dilema del tranvía operan como piedra de toque popperiana para validar la universalidad de los principios.

¿Ha cambiado el humor?

I am convinced that a majority of the learned philosophers who have written treatises on laughter and the comic never saw a baby. —Max Eastman

Tiene Esteban Fernández en El Confidencial el artículo La política de los últimos años, explicada mediante los chistes de murcianos y gitanos. No voy a entrar tanto en el fondo del artículo como en una serie de consideraciones suscitadas por el siguiente extracto:

El humor era tolerado, y no merecía sanción penal, cuando la broma y el chiste, aunque fueran desagradables, no suscitaban duda en el receptor: estaban proferidos en tono humorístico y su intención era generar diversión. Hoy eso se ha perdido: el chiste se ha convertido en político a todos los efectos, y como tal es tomado: la presuposición es que se está pensando exactamente lo que se dice, y que no es más que un disfraz discursivo para expresar racismo, odio, intención de dañar.

Meritocracia: deberes vs intereses

El artículo al que me refiero es ¿La tiranía del mérito?, de Gregorio Luri, publicado recientemente en la sección muy oportunamente denominada elSubjetivo de TheObjective. La entradilla que alguien eligió para el artículo, un breve fragmento del mismo extraído de su parte final, dice lo siguiente:

Nadie es merecedor ni de su dotación genética ni de la familia que lo acoge. Precisamente por eso tenemos el deber inexcusable de la solidaridad.

Se trata de una entradilla desafortunada porque desdice de lo que viene luego, tanto en contenido como en espíritu. El artículo, de hecho, es un breve resumen con unas mínimas pinceladas críticas —es tan breve que no da para más— del libro La tiranía del mérito de M. J. Sandel. La frase que rescata la entradilla forma parte de una especie de silogismo incompleto e inconsistente, como una silla de dos patas, que dice así:

Sobre el cambio climático

Now, given that humans are competitive social animals, it would be surprising if we chose this one arena—national politics—to suddenly live up to our altruistic ideals. (The Elephant in the Brain)

En esta entrada voy a volcar una serie de reflexiones sobre el cambio climático. Vaya por delante, en todo caso, que:

  • Soy de los que dan por buena la evidencia científica acerca de ciertos cambios, casi seguro debidos a la acción del hombre, tales como el aumento global de las temperaturas.
  • Tengo cierta querencia por el principio de prudencia tanto en este como en muchas otras coyunturas en que es de aplicación.

No obstante, mis convicciones están sembradas de caveats de las que quiero dar cuenta aquí.

Moral, moralización y amoralización

He leído recientemente dos entradas (esta y esta) en el blog —muy recomendable— Evolución y Neurociencias que tratan la llamada moralización de la respuesta al codiv. Pero no me voy a referir hoy tanto al fondo de la cuestión que discute y las conclusiones que alcanza su autor —que me son, al fin y al cabo, simpáticas—, como a describir y, si me da tiempo, criticar, el marco conceptual que le sirve de apoyo.

Sobre la bioética

En esta entrada voy a seguir la que creo que es la nomenclatura más comúnmente aceptada: me referiré a la moral como el comportamiento observado de los agentes —sean estos personas, la mafia, un claustro de profesores o el cuerpo de bomberos— y a la ética como el estudio teórico de dichos comportamientos, sea cual fuere su naturaleza.

Es tentador para los estudiosos de la ética buscar reglas formales, sean estas de carácter normativo o puramente descriptivo. En tales casos, la ética opera de una manera similar a como lo hacen las ciencias positivas: