Economía

Moral/economía nominal/real

La economía (como realidad) es dual, como el universo de Descartes. Hay una economía real (productos y servicios que se generan e intercambian) y una nominal (números que se apuntan y borran de una serie de libros contables).

La economía (como disciplina académica) estudia la economía real, estudia la economía nominal y estudia (como Descartes) la relación entre la una y la otra. Hay posturas para todos los gustos al respecto, pero es indudable que existen relaciones bidireccionales entre ambas.

Criris económicas como desajuste entre tecnología y preferencias: las consecuencias previsibles

Tiene Fischer Black una teoría sobre los ciclos económicos que puede no gustar a muchos economistas. No sé hasta qué punto se la considerará una excentricidad de esas que se toleran a los genios fuera de su ámbito de especialización: recuérdese que podría decirse que Black obtuvo —aunque no lo obtuviese— el nóbel de economía por contribuciones que no tienen que ver con aquello.

De todos modos, nunca hay que negar a priori un grano de verdad en las ideas de gente muy inteligente y sabida acerca de temas sobre los que han meditado con cierta atención.

Cambios tecnológicos antes, cambios tecnológicos ahora

Hemos vivido muchos cambios tecnológicos: pasamos de no tener ordenadores, a que no faltasen en nuestros hogares; de no tener PCs, a pasar horas y horas diarias delante de uno; de no usar Word, a no escribir de otra manera; de no tener móviles a ¡qué puedo decir!; de no tener smartphones a no poder vivir sin ellos; de no tener vídeos, a coleccionar videotecas enteras de VHS; de no conocer el concepto, a usar el microondas a diario; de conocer las redes de ordenadores por programas de divulgación a estar todo el día enganchados a una wifi; etc.

El "trabajo profundo" y su relación con el "ascensor social"

Tengo piendiente leer el libro Deep work por culpa de estas notas.

Cuya lectura me hizo pensar en otro tema muy tangencial. Porque el libro parece estar dedicado a la importancia (¿hace falta subrayarla?) del trabajo profundo y de una serie de consejos y pŕacticas para poder llevarlo a cabo. Y ahí —¡nada menos!— se queda.

Pero es muy difícil poder realizar —quien lo probó lo sabe— cualquier tipo de actividad mínimamente asimilable al trabajo profundo inserto en las clases bajas. Existen muchas definiciones extrínsecas de clase baja, en función de la renta, del nivel de estudios, del código postal de la vivienda, etc. Pero la definición intrínseca —de nuevo, quien lo probó lo sabe— de clase baja es el ruido, los televisores a todo volumen, las vecinas que gritan, la excavadora que da marcha atrás, el perro que ladra y los de siempre que se llaman de todo de madrugada. En resumen, todo aquello que dificulta o imposibilita el trabajo profundo.

Inversión "en valor" vs "indexada": una generalización

Esta entrada tiene dos partes. Una, la primera, dedicada a la tensión entre las llamadas inversión en valor e indexada en finanzas. Se presenta como motivación a otra, posterior, que la utiliza como analogía para extenderla a otros ámbitos.

Existen dos grandes estrategias de inversión: la inversión en valor y la indexada. La primera consiste en estudiar minuciosamente un pequeño grupo de compañías e invertir —o desinvertir— en ellas de acuerdo con su desempeño. Se trata de una estrategia trabajosa, tediosa y que solo los grandes especialistas pueden desempeñar correctamente.

¿Toda inmigración tiene efectos positivos sobre la economía?

[Aquí reproduzco un pequeño artículo que escribí, se conoce, en junio del 2018 para vaya a saber uno que fin, que he encontrado haciendo limpieza del disco duro y que reproduzco aquí por si a alguien le pudiera resultar de provecho.]

Existe una encomiable corriente dentro de la economía y la ciencia política modernas en favor de la toma de decisiones basadas en evidencias. Sus defensores sugieren la realización de experimentos piloto y la evaluación a posteriori de las distintas políticas para poder tomar las medidas correctoras adecuadas. En definitiva, proponen un sistema de prueba y error, en continua exploración y valoración de posibles alternativas en busca de la mejora continua.

Expertos no bayesianos

La versión pop del teorema de Bernstein-von Mises viene a decir que dos sujetos racionales que miran los mismos datos acabarán teniendo opiniones similares. Un poco más concretamente, que al acumularse la evidencia común, sus posterioris tenerán a converger independientemente de sus prioris de partida (de cumplir ciertas condiciones mínimas de regularidad).

En el debate de estos tiempos sobre el mercado eléctrico (y, más en general, el energético) observamos operar a ciertos sujetos —expertos— que estando expuestos a la misma y abundantísima evidencia —datos de producción, consumo, etc.— están anclados en posiciones diametralmente opuestas. Y que, además, tienden a coincidir con los intereses de las organizaciones que, mirando un poco, parece ser que los tienen en nómina.

Indicios de que "lo del cambio climático" es una tomadura de pelo

Vaya por delante que el autor de estas páginas no es lo que ha venido a denominarse un negacionista del cambio climático sino, más bien, un observador con cierto interés en lo que ocurre. Pero este observador tiene motivos para descontar el potencial efecto de eso en lo que, efectivamente, cree —aunque con diferencias de grado con respecto a muchos ortodoxos—.

Cuando hay una guerra o una hambruna, todos los recursos se dirigen de la manera más eficientemente posible a solucionar ese gran, casi único problema. Si el del cambio climático fuese un problema comparable, todos nuestros recursos irían dirigidos a mitigar sus causas y efectos.

Ciencias empíricas: una potencial deriva peligrosa

Hace un tiempo, escuché una conferencia de uno de los más conocidos y reconocidos economistas españoles en Youtube y habrá de perdonárseme ahora la pereza por ubicar en enlace. Lo relevante de la charla versaba sobre lo que me llevó a ella, el tratamiento —¿neotratamiento?— de la causalidad dentro de dicha disciplina. Pero lo relevante para la entrada de hoy fue el llamamiento a convertir la economía en una ciencia empírica.

Salvando. tal vez, al homo economicus

Lo del homo economicus siempre ha sido un mito. Pero léase (¡lease!) esto.

El mito/modelo del homo economicus se dio por bueno durante mucho tiempo. Pero hoy está, sorprendentemente, en cuestión; véase esto como ejemplo de e introducción a una extensa literatura fácilmente resumible.

Es sorprendente la irracionalidad del ser humano en lo relativo a la gestión económica de sus asuntos es conocida desde siempre: toda una industria, la publicidad, está construida sobre esa premisa. Retrotrayéndonos, solo ella justifica el éxito de los sofistas y la inquina que parecieron profesarles los caros Sócrates y Platón.

Sostener que "la ciencia respalda la energía nuclear" implica indirectamente que la economía no es una ciencia

Se expande por ahí la particular especie de que la ciencia —¿con mayúscula tal vez?— respalda el uso de la energía nuclear. Lo cual es solo parcial e interesadamente cierto.

Trolley problem

Las ciencias duras, por supuesto, no pueden dejar de indicar que la energía nuclear, tal cual se operacionaliza hoy, es segura, etc. (Aunque no se puede olvidar que el grado de seguridad bajo el que debiera operar una instalación nuclear no es una categoría que pertenezca y se pueda resolver en el seno de una ciencia dura: exige un análisis que la sobrepasa.)

Tres perspectivas sobre el asunto de la meritocracia

Retomo el debate sobre la meritocracia, que ya ha aparecido en estas páginas en un par de ocasiones previas menos por gusto que por necesidad. Desgraciadamente, existe hoy en día y, al menos, en la parte del globo que habito, un preocupante debate al respecto que nos obliga a reflexionar, posicionarnos y, por supuesto, en el ámbito de nuestra esfera privada y familiar actuar en consecuencia.

Lo que quiero dejar descritas hoy son tres posturas que he identificado acerca de la meritocracia. No quiero, de todos modos, negarme a pensar que pueda haber otras o que un par de las que considero no puedan considerarse variantes o, al menos, mutuamente compatibles. Las quiero denominar postura metafísica, cuantitativa y pragmática.

Ensayo de una definición de mérito con lejanas reminiscencias termodinámicas

Vuelvo al asunto del mérito (vs suerte), que ya traté en otra ocasión, y que habrá de servirme de apoyo en una entrada futura sobre el asunto. Porque pensando sobre ella he venido a darme cuenta de que no cuento con una definición satisfactoria de mérito en las coordenadas desde las que se escriben estas páginas.

Mérito se suele contraponer a la suerte, aunque sea implícitamente, como en el siguiente fragmento (extraído del enlace anterior):