Heurísticas

Acerca de la investigación DIY

En su vídeo Do your own research, but do it well Sabine Hossenfelder discute una serie de asuntos que ya he tratado por aquí, como cuando he escrito sobre el terraplanismo. Efectivamente, nos enfrentamos a dos problemas:

  • El principal es que mucha, demasiada gente cree cualquier cosa sin criterio alguno.
  • Uno algo menos acuciante es que alguna gente intenta investigar por su cuenta y no siempre lo hace bien.

Entre los segundos se encuentran, por ejemplo y como ya he discutido previamente, los terraplanistas. La característica más distintiva de los terraplanistas no es que crean que la tierra sea plana sino que aspiran a no creer en nada que no puedan demostrar fehacientemente por sí mismos. De hecho, algunos terraplanistas (véase aquí) han dejado de creer que la tierra es plana debido a la abrumadora evidencia en contra, pero insisten en seguir cuestionando verdades que no puedan ser demostradas con criterios distintos de los que caracterizan a la secta epistemológica. Es como quien pretende resolver problemas de geometría plana “de regla y compás” usando solo la regla: dejarán de dar por buenos un montón de resultados cuya demostración precise de ambos instrumentos.

¿Es "ganar sistemáticamente" una buena definición de "racionalismo"?

Antes de empezar, ¿qué es aquí “racionalismo”?

Aquí, por racionalismo no se entenderá lo que figura en los libros canónicos de filosofía (Descartes, etc.) sino la muy peculiar corriente de pensamiento representada por pensadores como Scott Alexander o Eliezer Yudkowsky y foros como LessWrong. El autor considera, además, que han adoptado impropiamente el nombre de racionalismo cuando se trata en gran medida de una mezcla de positivismo y empirismo.

El lema o eslogan el racionalismo es el arte de ganar sistemáticamente se atribuye precisamente a Yudkowsky y ha sido debatido hasta la saciedad en el círculo racionalista. El autor quiere aclarar que en lo que sigue, se esforzará por hacer una lectura caritativa del eslogan. Por supuesto que se pueden encontrar acepciones de ambos términos, “racionalismo” y “ganar (sistemáticamente)”, que invalidan absolutamente la cópula “es”: Miguel Induráin tendía a ganar sistemáticamente el Tour de Francia sin que nadie haya advertido jamás destello alguno de inteligencia en él.

Inversión "en valor" vs "indexada": una generalización

Esta entrada tiene dos partes. Una, la primera, dedicada a la tensión entre las llamadas inversión en valor e indexada en finanzas. Se presenta como motivación a otra, posterior, que la utiliza como analogía para extenderla a otros ámbitos.

Existen dos grandes estrategias de inversión: la inversión en valor y la indexada. La primera consiste en estudiar minuciosamente un pequeño grupo de compañías e invertir —o desinvertir— en ellas de acuerdo con su desempeño. Se trata de una estrategia trabajosa, tediosa y que solo los grandes especialistas pueden desempeñar correctamente.

¿Cómo (no) evaluar una heurística?

Esta breve entrada continua y remata la de la semana pasada. Allí discutía cómo la racionalidad de una heurística —incluyendo dentro de ellas a las ideologías y sin entrar a evaluar qué significa ser racional— no puede ser nunca el criterio de bondad.

Entonces, ¿qué hace buena a una determinada heurística? Podría resumir aquí la discusión de Gigerenzer sobre cómo los beisbolistas atrapan las pelotas, pero el lector interesado lo puede consultar por su cuenta en el muy recomendable artículo A Simple Heuristic Successfully Used by Humans, Animals, and Machines: The Story of the RAF and Luftwaffe, Hawks and Ducks, Dogs and Frisbees, Baseball Outfielders and Sidewinder Missiles—Oh My!. En general, dentro del campo de la racionalidad con limitada, en el que se inscribe el trabajo anterior, se ofrecen respuestas a esta cuestión. Respuestas que, por lo que he visto sin detenerme a repasar la literatura, suelen ceñirse al mundo de pequeñas decisiones cotidianas.

¿Se puede ser (siempre) racional?

Esta es una entrada breve —que probablemente continuaré con otra igualmente breve— acerca de si podemos o no ser siempre racionales. Está lejanamente motivada, como tantas otras, por una discusión en Twitter en la que alguien afeaba a otro no saber fundamentar racionalmente la ideología de la que hacía gala.

Uno de los grandes temas de este blog es el de la interpretación de la ideología como una heurística: a falta de mayor formación e información acerca de un asunto, uno puede tirar de ideario. Es decir, de una serie de recetas precocinadas listas para ser aplicadas. Un observador externo podría juzgar como irracional dicho comportamiento; y afearlo, incluso. Como si la racionalidad fuese la piedra de toque que permite calibrar el valor preciso de todo.