Cultura

Unas cuantas notas sobre política

Orden sin ley

Al ala libertaria del movimiento libertario le encanta crear experimentos mentales y citar anécdotas de los que se infiere que sería posible tener sociedades relativamente ordenadas sin necesidad de un estado y un sistema legal al uso. Dentro de ese casi género literario se encuentra el libro Order Without Law, reseñado aquí. Argumenta a través de la experiencia de los granjeros de cierto condado de California, que a través de un sistema de presión social han solucionado una serie de problemas que en otros lugares requieren la intervención del monopolista de la violencia.

Sobre los gustos culturales de la derecha y cuatro asuntos más

I.

Aquí se argumenta sobre el mal gusto (cultural, especialmente) de la derecha.

II.

Lo mejor —y, en particular, lo más útil— que he leído jamás sobre la risa es lo que trae The Elephant In The Brain al respecto. Pero ahora hay más aquí.

III.

Me encantan los comentarios de John Cochrane. A la pregunta

Permitir que las empresas cotizadas presenten resultados anualmente y no trimestralmente hará que los ejecutivos presten más atención a los efectos a largo plazo de sus decisiones.

Arte y cultura contemporáneos y cuatro asuntos más

I.

No lo puede escribir mejor The Economist aquí:

Los artistas que repudian el apoyo de sujetos como Baillie Gifford tienen concepciones ingenuas sobre el poder e infantiles sobre la moral. Si lo que anhelan es la pureza, están en el negocio equivocado.

II.

Sobre la eficacia de los confinamientos (y medidas similares) durante la pandemia: una visión estatista y otra que no es.

III.

Escribe John Cochrane (aquí):

Un último argumento a favor de la IA. Las tasas de natalidad se están desplomando. Quizás las personas artificiales estén llegando justo a tiempo. […] podríamos obtener los beneficios ambientales de tener menos personas con los beneficios económicos de tener más.

¿Debería el estado incentivar y promover las copias de seguridad?

Poca gente racional —aquí, racional significa algo así como sinceramente adscrita a la epistemología bayesiana— pone en duda el papel relevante del estado en la mitigación de los efectos de los fallos del mercado.

Uno de ellos —y del que se habla demasiado poco— tiene que ver con las copias de seguridad. Es evidente que:

  • La gente es mucho menos sistemática con ellas de lo que debiera.
  • Todos tendríamos mucho que ganar si ocurriese lo contrario.
  • Aunque hay muchas compañías y productos (algunos libres y gratuitos) para realizar copias de seguridad, ninguna en particular tiene incentivo para financiar una campaña promocionando las buenas prácticas en materia de preservación de la información.
  • En el fondo, el bien copia de seguridad es un bien público (en el sentido económico del término).
  • Las soluciones de copias de seguridad libres y gratuitas están infracapitalizadas.

Como consecuencia de todo lo anterior, estas páginas son de la opinión de que el estado debería actuar de oficio para fomentar el uso de las copias de seguridad y para mejorar la infraestructura necesaria para realizarlas. Sería dinero bien invertido.

"Diversidad" en la tecnología: un modelo hipotético

Hoy quiero comentar un modelo hipotético que podría explicar la evidencia anecdótica que se me muestra al examinar el asunto de la diversidad en el campo de la tecnología. No es un modelo que defienda ni deje de defender hasta poder contrastarlo —¿lo habrá hecho ya alguien?— con datos amplios y representativos y herramientas analíticas sólidas.

El modelo es, resumido, el siguiente:

  • Los proyectos de tecnología son iniciados —piénsese: en garajes— por individuos que, mirados en su conjunto, parecen tener una varianza mínima en las coordenadas que actualmente definen eso que llamamos diversidad.
  • El 99% de esos proyectos nunca despiertan el interés de terceros y pierden, incluso, el de sus incoadores.
  • El 99% del 1% restante tienen un éxito relativo y atraen el interés —¿de qué tipo?— de otros sujetos igualmente indiversos. Son aficionados que colaboran en el proyecto, sea como desarrolladores o usuarios, sin ninguna expectativa concreta; en particular, sin esperar ningún tipo de gratificación económica.
  • Pero detrás del 1% del 1% de los proyectos iniciales existe una recompensa pecuniaria: son adoptados por empresas y otras organizaciones, se organizan congresos, se expiden certificaciones, se mencionan en ofertas de trabajo. Y es entonces que sujetos diversos se autoperciben infrarrepresentados en ese particular proyecto y urden para obtener una representación en él.

Evidencia, como afirmo más arriba, solo anecdótica.

La dimensión cultural de la enfermedad mental

Esta entrada solo pretende recoger una pequeña idea contenida en una crítica del libro Crazy like us.

El libro, al parecer, trata sobre la gran variabilidad de las manifestaciones externas de las enfermedades mentales tanto en el espacio —entre diversos países o culturas— como en el tiempo —entre diversas épocas históricas—. Y también —y esto me resulta menos interesante— cómo la expansión de la cultura americana ha generado una homogeneización de los trastornos mentales.

La huella cultural de las pandemias

El otro día recogía alguien en Twitter la siguiente pregunta:

¿Por qué la pandemia de hace un siglo no dejó huella en el pensamiento de la época?

Se refiere, obviamente, a la gripe española de 1918 y de la que hasta hace muy poco apenas teníamos noticia: no está en el cine, no está en la literatura,… no está.

Es curioso que la gente, tal vez por la manera concreta en que está formulada la pregunta, sugirió respuestas ancladas al contexto preciso de esa pandemia: sucedió a la vez que se desarrollaban unos eventos tan graves que… etc.