Supervivencia y las riadas en Valencia de estos días

Siendo este un blog en el que se razona alrededor del concepto de la supervivencia y que, a la vez, a la hora en que esto se redacta, 202 (oficialmente) personas no han logrado sobrevivir a una desgraciada riada, parece adecuado dedicarle unas líneas al asunto. Se agruparán en dos interpretaciones, una negativa y otra menos negativa, sobre el asunto.

La negativa es que vivimos solo en una sociedad posindustrial. Posindustrial es una sociedad en la que gracias al desarrollo de la economía (y la industria, en particular), se vive en la seguridad de que la supervivencia está razonablemente garantizada: tenemos comida en la nevera, no nos acechan osos hambrientos en el calle, etc. Eso nos permite dedicar más esfuerzo a otros menesteres en los pisos superiores de la pirámide de Maslow, desde redactar informes de impacto de género para el proyecto de un puente peatonal en adelante. Pero nos hemos olvidado —si no, no existiría este blog— de que no somos lo suficientemente posindustriales, que faltan cosas por hacer y que tenemos que seguir manteniendo agudo el sentido de la alerta. Cualquier número de periódico de los últimos tiempos da cuenta de problemas que ayer nos absorbieron y que hoy nos parecen ridículos.

Conceptos importantes (pero no lo suficientemente conocidos) para entender lo que ocurre hoy: los anticomunes

El asunto de los comunes y su tragedia es, pienso, sobradamente conocido ya. Pero como concepto o modelo para entender lo que ocurre no es tan útil como el concepto dual de los anticomunes. Le he pedido a Perplexity que me muestre unos cuantos ejemplos de la cosa y, prácticamente me ha escrito la entrada completamente. Me ha dicho:

La literatura cita varios ejemplos para ilustrar el concepto de los anticomunes:

¿Dónde están las cooperativas de viviendas?

Esta entrada plantea una pregunta a la que ya contesté la semana pasada.

El contexto en el que se plantea es el siguiente:

  • El fin de semana pasado hubo una gran manifestación en Madrid para exigir una vivienda más accesible.
  • Da la impresión de que muchos de los manifestantes responsabilizaban a los rentistas (en concreto) y al afán de lucro y al capitalismo (más en general) como los causantes del déficit de vivienda (asequible).
  • Casualmente, el autor de estas líneas se encontraba en casa de sus padres ese día. Dicha casa fue construida por una cooperativa de viviendas en la que participaron docenas de futuros propietarios a principios de los ochenta.
  • En esa época, de hecho, era un procedimiento bastante habitual para construir nuevas viviendas.
  • Pero parece que actualmente, ya no. Según el informe de gestión del 2023 de Concovi, la confederación de cooperativas de vivienda, en 2023 apenas 10k viviendas fueron promovidas por estas cooperativas, un número que lleva un par de años descendiendo desde los máximos de unos 12k en 2021.

La pregunta, ahora, se formula sola: ¿por qué no se organizan todos esos manifestantes en cooperativas para adquirir terrenos y construir viviendas a precio de coste y al margen de ese mercado que tanto, dicen, los desfavorece? No es que —sucede, más bien, al contrario— la legislación ponga trabas a la creación de cooperativas. ¿Por qué —en lugar de protestar— no utilizan estos recursos al margen de ese mercado del que reniegan para construir sus propias viviendas?

Lo que dizque hay que saber sobre las cooperativas no es esto

Esta entrada tiene que ver con la publicación en NadaEsGratis de Sin Patrón: Primer Empleo en una Cooperativa. Es un pequeño artículo que leí con la intención —a priori— de ver mi micromodelo sobre las cooperativas felizmente confirmado una vez más.

Mi micromodelo sobre el asunto es simple: que no funcionan. Sobre el papel, —y en las mentes de muchos— solo ofrecen ventajas; la legislación les proporciona aún más en casi todos los países. Y sin embargo, —Mondragón es la excepción en boca de todos que sirve de confirmación de la regla— las cooperativas desempeñan un papel marginal en la economía.

Más sobre la educación universitaria como industria exportadora

I.

El otro día escribí:

Joseph Heath ha vuelto a bloguear y a escrbir cosas como Canadians should think of higher education as an export industry. España podría también —tiene un enorme mercado pontencial—, pero, para eso habría que… Vamos, que no podría.

El artículo de Heath no dice nada extravagante ni que no se pueda extrapolar fácilmente del título: la educación en Canadá tiene buena reputación y muchos estudiantes de todo el mundo estarían dispuestos a pagar para formarse allí.

La educación universitaria como industria exportadora y cuatro asuntos más

En este artículo de The Economist se argumenta en torno a dos ideas. La primera, que mucha de nuestra interacción social está basada en rituales más o menos automáticos. La segunda, que los LLMs son particularmente capaces de automatizar tareas repetitivas. Combinadas, ambas, se predican consecuencias fácilmente adivinables.

Hay un famoso artículo sobre cómo la gente asegura sentir menos hambre al salir que al entrar en un restaurante. Este otro artículo viene a demostrar algo parecido: que la construcción de nuevas viviendas, aunque sean de alto standing, contribuye a reducir el precio de las viviendas más asequibles. En ambos casos, restaurantes y viviendas, podría decirse que es ocioso tratar de demostrar nada y que los efectos pueden deducirse prácticamente desde primeros principios, que son más una tautología que un hecho empírico. Sin embargo, me temo que por cuestiones de cerrazón ideológica, muchos querrán verlo de otra manera y eso justifica el análisis cuantitativo de la cosa. Pero, vamos, en libros como el recomendadísimo Order without design - How Markets Shape Cities, de Alain Bertaud, se habla del asunto hasta la saciedad.

Veblen, clase ociosa y progreso tecnológico

Le he preguntado a Claude acerca de Veblen, lo que él llama la clase ociosa y su relación con el desarrollo tecnológico. En particular, si esta clase ociosa tiene algún tipo de interés, siempre según Veblen, en sabotearlo. Me ha dicho esto:

Thorstein Veblen, un economista y sociólogo estadounidense, introdujo el concepto de la “clase ociosa” en su libro de 1899 “La teoría de la clase ociosa”. Aunque Veblen no argumentó explícitamente que la clase ociosa intenta sabotear el progreso industrial y tecnológico, sí presentó ideas sobre cómo esta clase puede impedir el desarrollo económico y social. Aquí hay algunos puntos clave sobre las ideas de Veblen acerca de la clase ociosa y su relación con el progreso:

El desagradable secreto del gráfico del cambio climático y cuatro asuntos más

Cómo comprar una PS5 en un sistema socialista.

Racionalismo interpretado como ganar sistemáticamente.

The Economist, aquí, advirtiendo cómo los EEUU están dejando escapar a los inmigrantes con más talento. Sin duda, España solo les quita futbolistas.

De las veinte mejoras tenistas del mundo, cinco son —o fueron en cierto momento dado— estadounidenses. De ellas, dos eran hijas de milmillonarios (billionaires). Aquí se discute esa cuestión desde el punto de vista de la meritocracia, etc. Aunque el razonamiento levanta plantea muchas dudas, siendo la primera de la cuales: ¿han pintado la diana alrededor del agujero de la bala?

Potencia vs rozamiento: el informe Draghi

Todo lo que he leído sobre el reciente informe Draghi —un documento estratégico elaborado por Mario Draghi a instancias de la Comisión Europea que analiza la competitividad económica de la UE—, he tratado de entenderlo sobre un modelo potencia-rozamiento: la UE es un vehículo que queremos que circule más rápido; para ello tenemos dos alternativas: incrementar su potencia o reducir el rozamiento —mejorando su perfil aerodinámico, etc.—.

Algún analista, como Luis Garicano en Is GDPR undermining innovation in Europe?, se ha fijado en algún comentario menor del documento donde se hace mención al rozamiento. Sin embargo, esta es la excepción y no la regla: por lo que el autor ha aprendido de los resúmenes publicados en prensa, Draghi parece abogar por incrementar masivamente el tamaño del motor.

Alchian y Allen sobre el mercado inmobiliario español

Hay dos párrafos muy intrigantes (e inexplicados) en NadaEsGratis. Dicen:

Esta vez es diferente: la burbuja de precios que actualmente vive la vivienda, en contraste con la de 1998-2007, ni tiene volumen ni está alimentada por el crédito. A los precios actuales, las viviendas solo son asequibles para pocos. Por eso se edifican pocas. Si la mayoría no puede comprarlas, los promotores no las hacen. Los jóvenes retrasan su emancipación, comparten alquileres y no crean los hogares propios que necesitan para desarrollar su vida. En contraste, un fuerte volumen de suelos urbanizables pendientes de completar su desarrollo dibuja un paisaje de descampados que, en muchas ciudades, persiste desde hace más de 15 años.

Todo está en los libros, pero algunos quieren que solo esté en ellos

Japón se desarrolló muy rápidamente a partir de 1870. Alex Tabarrok estudia aquí una cuestión que bien pudo ayudar a tal desarrollo: el increíble esfuerzo de traducción (al japonés) de libros técnicos en ese periodo, ilustrado en el siguiente gráfico:

Aborto

El otro día le preguntaba a un LLM (de hecho, a una colección de ellos, incluidos algunos anónimos a través de LM Arena), dónde podía haber leído yo una determinada anécdota relacionada con R. Feynman. En mi query, describía la anécdota con detalle y les preguntaba por su posible origen. Uno de ellos resolvió concluyentemente que estaba en el capítulo 13 de Surely You’re Joking, Mr. Feynman!, pero no, no estaba allí. Otros me sugirieron algunas otras fuentes, pero todas en vano. Al final, admitieron que la anécdota era muy Feynman, pero que no tenían ni idea de dónde podía haber salido.

Mercados de apuestas como aplicaciones para ligar y cuatro temas más

Manifold Love, una intersección entre un mercado de apuestas y una aplicación de citas… parece que no funcionó.

La clasificación de las enfermedades mentales no es enteramente biológica y apolítica. A alguna gente le gustaría lo contrario, pero aquí se argumenta que no es buena idea.

Más sobre enfermedades mentales: ¿son fallos o compensaciones?

La idea del perspectivismo (ver esto) es plusquamútil.

Aquí se da cuenta de cómo en 1841, Alejandro Dumas describió el cambio de actitud de los periódicos de París mientras Napoleón marchaba hacia la ciudad tras escapar de Elba:

Sobre los otros terraplanismos

Del terraplanismo ya se ha hablado aquí. Uno de los aspectos más importantes del terraplanismo es que se trata de un folclore intrascendente. Los terraplanistas pueden hacer su vida con absoluta normalidad y no causan mayor perjuicio ni para sí ni para los demás.

Sin embargo, existen muchas otras ideas que, siendo igualmente falsas, son perjudiciales tanto para quien las sostiene como para la sociedad que contiene dichas mentes iluminadas. Pero, por algún motivo, vuelan por debajo del radar del reproche intelectual y social.