Política

La cooperación, un arma de doble filo

De la cooperación (entre individuos) siempre suele predicarse en positivo. También de aquellas tecnologías que permiten resolver problemas de coordinación, aquellos que dificultan la cooperación entre los individuos. No está claro qué está ocurriendo cuando se procede de tal modo: ¿Se da por hecho que la cooperación es siempre positiva? ¿Se da implícitamente por conocido y sin necesidad de demostración que las oportunidades para una colaboración con un efecto positivo exceden las de una colaboración con un efecto negativo? ¿Otras?

La ley y sus condiciones iniciales

Dos echan algo a suertes, a cara o cruz. Uno toma una moneda, la deposita sobre la palma de la mano, la empuja suavemente hacia arriba, la moneda asciende apenas dos centímetros y, sin llegar a rotar, cae otra vez sobre la palma en la misma posición de partida. Difícilmente podría aceptarse el resultado.

Uno querría ver la moneda trazar un arco suficiente y constatar que rota cierto número de veces en el aire. En definitiva, uno querría asegurarse que se rompe la influencia de las condiciones iniciales en las que fue lanzada en la moneda sobre el resultado final.

Rawls vs Ortega

En una esquina, Ortega (y Gasset), con su aforismo yo soy yo y mi circunstancia (que no merece la pena desarrollar aquí).

En la otra, Rawls y su velo de ignorancia. Que es una antítesis del principio orteguiano y que viene a decir que solo despojándose de las circunstancias particulares —ignorándolas o situándose detrás de un velo que impida conocerlas— puede uno llegar a tomar decisiones justas.

Así las cosas, un somero repaso de la prensa nos enseña que Rawls apenas le aguanta dos asaltos a Ortega. Siempre acaba besando la lona.

Indicios del repliegue de la globalización

La globalización está en repliegue. Nunca fue del gusto de determinados sectores ideológicos, pero trajo consigo años de bonanza económica que, qué duda cabe, acabaremos echando de menos.

Habría que hacer algún estudio cuantitativo al respecto, pero no cabe duda de el lenguaje de la soberanía económica, agrícola, energética, militar, tecnológica, etc., está de vuelta y lo hace con fuerza. (Un ejercicio recomendado es el de buscar en la prensa artículos con la etiqueta “globalización”, como los de El País o El Confidencial).

En pro de la cantonalización de los partidos políticos

Esta es una entrada en pro de la cantonalización de los partidos políticos españoles, i.e., de la fragmentación regional de los grandes partidos. Cantonalización tiene connotaciones negativas en España y seguro que suscita un distanciamiento con respecto a la tesis defendida aquí en muchos. No es interés del autor tratar de, dirían algunos, cohonestar el término o apuntar algunos de sus defectos —previstos o no por el autor— sino plasmar una propuesta de cantonalización de los partidos políticos como solución —siempre parcial, como es de necesidad en el ámbito político— a algunos de los problemas concretos que plantea el actual estado de las cosas.

GDPR vivida

Mario Conde es abogado. Todos sabemos que pasó una temporada en la cárcel. Menos conocido es que acabó escribiendo un libro —que, obviamente, no he leído— con un título que dice muchas cosas: Derecho penitenciario vivido. Supongo que podrían escribirse muchos otros libros similares acerca de cualquier otra ley: ley orgánica de la educación (cualquiera de ellas) vivida, etc. Cada uno podrá traer sus propios ejemplos.

Lo que podemos aprender del título de ese libro es que media —o puede mediar— una distancia considerable entre los pretendidos efectos de la ley —frecuentemente glosados en el preámbulo en términos nada sorprendentemente optimistas de su aún no probada eficacia— y los que se obtienen tras su entrada en vigor. (Escribe esto alguien que en 2007-2008 se ganaba la vida reescribiendo en forma de software la norma internacional imperante en el momento, Basilea II, para reducir la probabilidad y mitigar el impacto de una crisis del sistema global de crédito. El colapso de Lehman Brothers lo sorprendió picando código.)

Orientación política vs flujos de información

Mucho se ha discutido sobre las causas subyacentes de las orientaciones políticas. Frecuentemente se buscan en el ámbito de los valores. Esta entrada, sin embargo, quiere abundar en una dimensión alternativa del debate: el que relaciona las opciones políticas con las intuiciones acerca de la efectividad de los dos sentidos potenciales de los flujos de información.

Muy esquemáticamente, la información puede fluir hacia arriba o hacia abajo. Un ejemplo de información que fluye hacia arriba: dos ciudadanos acuerdan hacer algo conjuntamente y firman un contrato a tal efecto. El estado, desde arriba, observa ese contrato y deja hacer. Es, de alguna manera, consciente de que esos ciudadanos, conocedores de sus circunstancias particulares, han llegado a un acuerdo si no óptimo, al menos, adecuado a ellas. El estado, pues, se limita a hacer valer ese contrato en caso de posterior disputa.

Races to the bottom

[No sé cómo traducir “race to the bottom” al español. Así que usaré las sigla RtB en lo que sigue.]

En nuestras sociedades operan mecanismos que tienden de forma natural al equilibrio. Por ejemplo, los mercados competitivos; nadie de quienes opera en ellos, ni individual ni colectivamente (y salvo que se desvirtúe la naturaleza competitiva del mercado) puede alterar su funcionamiento sea racionando la producción, alterando los precios o acaparando producto. Oferta y demanda se encuentran en todo momento en un punto de equilibrio dinámico.

Sobre "Éxito y suerte. El mito de la meritocracia."

Acabo de terminar el libro de Robert Frank que da nombre a esta entrada y me ha apetecido dejar escritas unas líneas sobre él.

En primer lugar, hay que decir que es un libro extraño en tanto que el título que lleva lo merece solo su primera mitad. La segunda trata de otro asunto y no creo que las palabras éxito o suerte, muy frecuentes en la primera, aparezcan en más de dos o tres ocasiones en la que le sigue.

Apuntes para dos cuentos sin pretensiones

Son dos cuentos que nunca desarrollaré pero de los que quiero dejar un indicio público. Por no tener, no tienen ni título y, uno de ellos, el primero, ni argumento: se trata de un mero decorado sobre el que podrían proyectarse una comedia romántica, un drama redencionista o un thriller policíaco.

I.

En una sociedad futurista y, como se verá, distópica, se han conformado dos castas: amos y esclavos (aunque bien pudieran recibir otro nombre más eufemístico). Los amos constituyen el 80-90% de la población y viven en una despreocupada indigencia gracias a las rentas que obtienen del trabajo de los esclavos. Son seres infrahumanos que consumen sus días enredados en la marihuana, el alcohol, la videoconsola, la televisión basura y el pollo frito. Son obesos, gritones, maleducados y muy celosos de su privilegio.

Claves para leer "Contra la igualdad de oportunidades"

GPT-3 es una enorme red neuronal capaz de producir textos de muy alta calidad a partir de una serie de apuntes (prompts). Por ejemplo, enfrentado al apunte

In a shocking finding, scientist discovered a herd of unicorns living in a remote, previously unexplored valley, in the Andes Mountains. Even more surprising to the researchers was the fact that the unicorns spoke perfect English.

GPT-3 produjo automáticamente el texto

They also were found to have perfectly coiffed hair, and wore what appeared to be Dior makeup.

El colapso de las expectativas sobre la ciencia y la técnica

Esta han coincidido dos eventos relacionados: por un lado, hemos conocido cuál es la visión de la Oficina Nacional de Prospectiva y Estrategia de País a Largo Plazo para el año 2050 y, por el otro, haciendo limpieza de libros que ya nunca leeré, he tropezado con Reportaje desde el siglo XXI, de Vasilíev y Gúschev, que compré en junio del 95 según mi ex-libris de entonces, que había sido editado por Alianza editorial en 1971 a partir del original ruso de, se conoce, 1959.

El progreso, visto por un niño

Hace muchos años, cuando yo era un niño muy, muy pequeño, y volvíamos del pueblo, a veces, generalmente cuando se nos había hecho tarde y ya había anochecido, mi padre tomaba la autopista de peaje, el tramo Gallur-Zaragoza.

Para aquel niño resultaba asombroso tener que pagar —¿me suenan unas doscientas pesetas?— por circular por una carretera. Mi padre, que, de hecho, había trabajado como topógrafo en su construcción muchos años añtes, me lo explicó de la siguiente manera: