Educación

Varias notas sobre la educación (y la falta de ella)

Educational Austerity and Progress Studies: es Caplan reiterando que el efecto causal entre educación y desarrollo económico va en dirección contraria de lo que generalmente se entiende.

Pero The Economist trae un artículo sobre Zhejiang University, el alma mater de Deepseek, pero no solo de Deepseek.

Y Tabarrok alega cuatro motivos por los que puede ser contraproducente luchar contra las políticas woke en los EEUU reduciendo la inversión en ciencia, siendo el primero de ellos que las covachuelas donde habitan los administradores woke y los laboratorios que se financian con los fondos de investigación son lugares distintos y, en gran medida, independientes.

Sobre el lastimoso estado de la ciencia económica española y algunos asuntos más

A nadie se le escapa el lastimoso estado al que ha decaído NadaEsGratis en los últimos tiempos. Se preguntaba estos días, como si no ocurriesen suficientes cosas en el mundo, sobre si puede la prescripción de actividad física mejorar la salud mental. Mientras en otras latitudes, se publican cosas que tratan de guiarnos dentro del revuelto mundo actual, como los efectos de las políticas de Trump en el mercado de deuda, la conveniencia o no de un fondo soberano de criptomonedas o el estudio del impacto de las políticas de diversidad en los consejos de administración de las empresas aprovechando tácticamente un experimento natural.

La ortodoxia religiosa en TikTok y algunos asuntos más

Todo el mundo habla del artículo de los Garicanos sobre How to incinerate 220 billion euros. Lo único que tengo que decir al respecto es que esos 220 miles de millones de euros no se quemaron sino que cambiaron de mano: no los gastó el agente económico llamado estado sino otros agentes económicos distintos. ¿Por qué parece que los economistas hablan siempre de parte del estado?

En algunos sitios (Pakistán, Suráfrica, etc.) la red eléctrica funciona tan mal que cierta gente instala paneles, usa baterías y se desenchufa. Por lo que la red todavía funciona peor, etc. y se genera una espiral de la muerte. Así pasa con ciertos servicios públicos en otras latitudes.

Unas cuantas notas sobre la universidad y el aprendizaje

Habida cuenta del fracaso de la universidad española que glosa Javier Jorrín en El Confidencial, Antonio Cabrales sugiere en NadaEsGratis un pacto fáustico:

El pacto consiste simplemente en ofrecer mejoras presupuestarias condicionadas a que todo (o una parte muy importante de) el presupuesto dependa de la calidad de los servicios que provee la universidad.

Que haya que plantearlo en esos términos dice mucho sobre lo que puede estar ocurriendo actualmente en esas beneméritas instituciones. Dos visiones alternativas sobre el asunto se ofrecen en este otro artículo en el que se discute, además, el papel que está jugando la educación privada.

Más sobre la educación universitaria como industria exportadora

I.

El otro día escribí:

Joseph Heath ha vuelto a bloguear y a escrbir cosas como Canadians should think of higher education as an export industry. España podría también —tiene un enorme mercado pontencial—, pero, para eso habría que… Vamos, que no podría.

El artículo de Heath no dice nada extravagante ni que no se pueda extrapolar fácilmente del título: la educación en Canadá tiene buena reputación y muchos estudiantes de todo el mundo estarían dispuestos a pagar para formarse allí.

La educación universitaria como industria exportadora y cuatro asuntos más

En este artículo de The Economist se argumenta en torno a dos ideas. La primera, que mucha de nuestra interacción social está basada en rituales más o menos automáticos. La segunda, que los LLMs son particularmente capaces de automatizar tareas repetitivas. Combinadas, ambas, se predican consecuencias fácilmente adivinables.

Hay un famoso artículo sobre cómo la gente asegura sentir menos hambre al salir que al entrar en un restaurante. Este otro artículo viene a demostrar algo parecido: que la construcción de nuevas viviendas, aunque sean de alto standing, contribuye a reducir el precio de las viviendas más asequibles. En ambos casos, restaurantes y viviendas, podría decirse que es ocioso tratar de demostrar nada y que los efectos pueden deducirse prácticamente desde primeros principios, que son más una tautología que un hecho empírico. Sin embargo, me temo que por cuestiones de cerrazón ideológica, muchos querrán verlo de otra manera y eso justifica el análisis cuantitativo de la cosa. Pero, vamos, en libros como el recomendadísimo Order without design - How Markets Shape Cities, de Alain Bertaud, se habla del asunto hasta la saciedad.

Educación en un mundo competitivo y desigual y cuatro asuntos más

I.

Es un poco extraño el parrafito

La esencia del argumento es que el estilo de crianza “óptimo” no puede entenderse sin mirar al entorno económico. En país muy desigual y donde el capital humano es esencial para el desempeño económico los padres no pueden dejar que el hijo decida por su cuenta cuánto se esfuerza. Y por eso deben influir directamente en sus acciones (lo que llaman estilo “autoritario”) o, en un país donde buena parte de la educación se recibe lejos del control parental, sobre sus preferencias (lo que llaman estilo “authoritative” y yo traduje como “persuasivo”). Solamente cuando hay poca desigualdad se pueden permitir los padres ser “permisivos” y dejar que los chicos exploren la creatividad o sus intereses amplios.

La selectividad es el dilema del prisionero a diecisiete bandas

Sí, la selectividad es el dilema del prisionero a diecisiete bandas. No hay mucho más que decir al respecto. Los incentivos determinan una matriz 17x17 muy obvia de premios y castigos. Los agentes —económicos, políticos, educativos, etc.—, hayan o no leído sobre Nash y demás, juegan lo que les conviene.

Visto de otra manera, es el estado incurriendo en los llamados fallos del mercado y, en particular, instigando una autoinfligida race to the bottom.

¿Qué nos enseña la educación formal?

¿Qué cosa nos enseña realmente la educación formal? ¿Conocimientos objetivos? Sin duda, pero, ¿son realmente útiles en la carrera profesional de los más?

¿A pensar? Que es lo que se suele contraargumentar. El término técnico en inglés para aprender a pensar es transfer in learning y aunque sea un objetivo declarado de los programas educativos, no está para nada claro que se alcance de manera generalizada. Preguntado al respecto, el gran resumidor de información que es ChatGTP dice:

Sobre el estudio "Diversidad y libertad: Reducir la segregación escolar respetando la capacidad de elección de centro"

En esta entrada voy a aportar unos comentarios personalísimos al el estudio Diversidad y libertad: Reducir la segregación escolar respetando la capacidad de elección de centro recientemente publicado por EsadeEcPol. Por personalísimos quiero dar a entender que como pater familias y con un vástago en edad preescolar, el tema me afecta directamente; como también lo hace indirectamente como miembro más o menos circunstancial de la sociedad a la que se dirige el estudio.

O tempora, o mores

Es frecuente oír decir —en toda la gama de grados, admite el autor— que los malos hábitos y actitudes de la juventud son indicio del ineludible colapso de nuestra civilización.

Una original contraargumentación erudita consiste en la observación de que afirmaciones análogas se han registrado casi desde que el hombre es hombre y sabe dejar por escrito constancia de sus pensamientos: de los antiguos Egipto, Babilonia, Grecia o Roma, quedan fragmentos en que se leen lamentos de esa índole. El lector intereado encontrará en The Generation Gap In Antiquity una lista que, necesariamente, no puede ser exhaustiva.