Economía

La regulación como responsable del gran apagón y algunos otros asuntos más

Aunque las fuentes de energía renovable tienen desde hace años la capacidad tecnológica para regular el voltaje, actualmente están sujetas a una regulación que lo impide. De acuerdo con las regulaciones españolas (Real Decreto 413/2014), las plantas de energía renovable deben operar…

España no es para jóvenes y otros asuntos más

El Confidencial entrevista a Jesús Fernández Villaverde. Hablan fundamentalmente de la financiación autonómica, el asunto de su último libro, pero acaban hablando de conflictos intergeneracionales hasta el punto de que el periodista rescata la frase “Tener 40 años en España es muy malo, me sorprende el poco malestar que hay” para el titular. Otro artículo de El Confidencial, Más de mil enfermeras huyen de España en 6 meses: por qué Cris irá a EEUU y Guille se quedará en Noruega, lo explica bastante bien.

El negocio de vender aceite de palma fresco como usado y otras noticias sobre economía igualmente acatarrantes

El comentarista Dispatching from the Global South proporciona un análisis bastante completo de la cuestión que plantea Alex Tabarrok aquí. Se pide comparar la regulación italiana que exige un parte médico para ir al gimnasio o correr un maratón con la del estado de Virginia que obliga a revisar el coche anualmente para poder conducirlo.

Hannah Ritchie tiene un blog, Sustainability by numbers, en el que hace lo que se espera de su nombre. Dos de las últimas entradas que he leído prestan atención a la cantidad de comida que se produce (cada vez más, a pesar de los estragos que dizque acarrea el cambio climático que vivimos) y la cantidad de gente que muere por desastres naturales, sin un patrón claro si se obvian los terremotos.

Deseo mimético, chivo expiatorio y... vivienda

A ese tal Girard se lo conoce por dos teorías: la del deseo mimético y la del chivo expiatorio. Me costó unos cuantos tokens llegar a entender la pretendida relación causa-efecto entre ambas. Me molestaba, además, la presunta necesidad y ubicuidad de estos patrones de comportamiento social a lo largo del espacio y el tiempo.

Dediqué unos minutos a buscar contraejemplos, pensé en todo lo que se cuenta acerca del mercado de la vivienda en España (y algunos otros países de los que nos llegan noticias) y se acrecentó mi simpatía por ese tal Girard.

Sobre el exceso de independencia de los bancos centrales y algunos asuntos más

Dos apuntes sobre los bancos centrales. El primero, de John Cochrane sobre cómo los bancos centrales pueden ser demasiado independientes. En particular, le preocupa que algunos, como el Banco Central Europeo, amparados por su independencia, estén tentados a extender su ámbito de influencia a políticas que tienen poco que ver con el control de la inflación, como la de luchar contra el cambio climático. El segundo, una curiosidad: aparentemente, el primer país en adoptar el control de la inflación como meta del banco central fue Nueva Zelanda.

¿De dónde sacan a los economistas en España?

Dudo que exista alguna disciplina de la que nadie haya recopilado alguna lista de paradojas asociadas a ella, es decir, resultados que la disciplina da por buena pero que están en conflicto con la intuición o el sentido común. Por ejemplo, en probabilidad es posible probar que en una habitación con apenas 23 personas elegidas al azar, hay una probabilidad del 50% (aproximadamente) de que dos de ellas cumplan años el mismo día.

Dos cosas que el sector público hace mal

El sector público ha asumido muchas tareas. Se percibe a menudo como ineficiente y según Joseph Heath (en el libro que comenté aquí), uno de los motivos es que asume tareas en las que es muy difícil operar eficientemente. Aún así, el sector público, con el apoyo de una parte sustancial de la ciudadanía, está incentivado a ampliar su ámbito de intervención (function creep, lo llaman en inglés). Así que no está mal recordar de vez en cuando algunas cosas que hace mal.

Acerca de las contradicciones del discurso actual sobre la vivienda y algunos asuntos más relacionados con la economía

En Vengeance is mine, Scott Sumner explicita una idea operó durante mucho tiempo como una advertencia: Trump está usando poderes que el ejecutivo de los EEUU ha ido acaparado año tras año durante décadas gracias a los esfuerzos de sus rivales políticos (que ven ahora con espanto cómo se usan contra ellos).

Las políticas de Trump han sumido el mundo en el caos, pero hay que leer a Caplan en The Invisible Crash para recordar cómo políticas mucho más perniciosas se han ido adoptando a lo largo de decenios de manera mucho más subreptica y con mejores modos. Mas no por ello han resultado más beneficiosas.

¿Cuánto deprecia un derecho el hecho de que no se pueda vender?

En el segundo tercio del siglo XIX hubo una revolución silenciosa (a ratos) en España propiciada por un hecho fundamental: la desamortización. Hasta entonces, habían existido entidades que tenían un particular derecho de propiedad sobre vastos conjuntos de bienes (tierras, edificios, etc.): los poseían pero no podían transferirlos, venderlos. Eso no solo restaba valor a su posesión sino que impedía su eficaz aprovechamiento y lastraba el desarrollo económico.

Muchos de nuestros derechos que gozamos hoy en día tienen cercenado su valor porque no son transferibles: piénsese en esos que otorga la GDPR.

Economía y ecología: tan parecidas, tan diferentes

Ecología y economía son dos disciplinas que se parecen en muchos aspectos:

  • Estudian fenómenos complejos plagados de relaciones no lineales.
  • En los sistemas que estudian hay agentes que maximizan ciertas funciones y están sujetos a restricciones presupuestarias.
  • La noción de equilibrio juega un papel fundamental en ambas disciplinas.
  • Están condicionadas por los conceptos análogos de cultura y etología.

Sin embargo, operan sobre fundamentos ideológicos distintos:

  • La economía propone y estudia todo tipo de intervenciones en el sistema.
  • La ecología las aborrece.

Curioso, ¿no?

La distópica economía del campo de refugiados de Dzaleka y algunas otras notas sobre economía

Comienzo con cuatro artículos que tratan, sobre todo, del Reino Unido pero con lecciones fácilmente extrapolables a otros países:

  1. En The breaking of Britain’s National Grid se discuten los problemas que acarrea la red eléctrica de ese país. Es cierto que tiene que readaptarse a un mundo en el que la generación ha cambiado: ya no es un sistema centralizado alrededor de grandes plantas de carbón. Tiene también que integrar la producción renovable, que en el RU se concentra en regiones remotas, alejadas de los grandes centros de consumo. Pero el artículo omite discutir el gran problema: que los precios de la electricidad están distorsionados y no reflejan la realidad material del mercado. ¿No es obvio, artículo en mano, que mucha industria electrointensiva debería moverse a donde está actualmente la generación? ¿Pero qué incentivo tendría si los precios son iguales por doquier?
  2. Este otro artículo, Britain’s government has entered the steel industry with no plan, tiene ecos entrañables de los setenta. No funcionará, obviamente.
  3. En Britain’s worklessness disaster se trata el hecho de que cada vez hay más trabajadores afectados por bajas de todo tipo. Además, apunta una de las causas: que la gente, hoy en día, está más avisada sobre los mecanismos para conseguir todo tipo de beneficios exprimiendo al máximo el estado del bienestar y el papel que TikTok y otras redes sociales similares juegan al respecto. Cosa de la que ya traté en Tiktok contra el estado del bienestar.
  4. HENRY significa high earner not rich yet y en Who will speak for Henry? The Economist discute cuántos son, su importancia económica, cómo son maltratados —sobre todo, fiscalmente— por el gobierno y qué consecuencias puede eso traer en el medio plazo, conforme la conducta de los agentes involucrados vaya haciendo converger el estado de las cosas hacia su equilibrio previsible.

En Shrinking Hierarchy, David Friedman especula que —en parte, gracias a la IA— no necesitaremos estructuras productivas tan complejas como antaño. Hay mucha teoría de por qué tenemos grandes empresas en lugar de una tupida red de contratos entre trabajadores autónomos y la respuesta a esa pregunta tiene que ver con la complejidad de la coordinación de todas las interacciones. Pero la tecnología ha resuelto parcialmente este problema. Así, el autor escribe:

Tiktok contra el estado del bienestar

El artículo de The Economist The tyranny of TikTokkers who turn up puede resumirse así:

  • El estado del bienestar es particularmente generoso porque no todo el mundo —de hecho, para algunas prestaciones, muy poca gente— lo aprovecha al máximo.
  • En gran medida, lo desaprovecha porque los beneficiarios de ese tipo de prestaciones son beneficiarios de ellas por, precisamente, no tener demasiadas luces (y de tener, de medios para utilizarlas).
  • Además, existen bugs más o menos oscuros en la legislación que ofrecen recompensas desproporcionadas a quienes tienen capacidad para explotarlos.
  • Pero en un mundo en el que existe TikTok, el que era el statu quo ha desaparecido: en esa red social circula la información sobre cómo exprimir hasta el último céntimo al estado y la plebe, por una vez, por primera vez, es receptiva a ella.

Contiene, además, párrafos tan propios de este blog como este:

Más apuntes sobre economía

El problema que discute Alex Tabarrok aquí es el siguiente:

  • Hay evidencias de que muchas medicinas pueden tener nuevas aplicaciones desconocidas.
  • Sin embargo, quien descubre una nueva aplicación no puede patentarla y explotarla económicamnete.
  • Por lo tanto, se subproduce investigación en ese área.
  • Y Tabarrok, como economista, sugiere una subvención Pigouviana.

Hablando de Pigou, Bryan Caplan discute aqui la relación entre los impuestos y subvenciones pigouvianas con la pobreza, la desigualdad y todas esas cosas. Concluye, como cabría esperar del autor, que los pobres resultarían beneficiados aunque en primera aproximación pudiera objetarse lo contrario.